Los residentes denuncian un trato discriminatorio hacia los clientes, especialmente hacia personas con discapacidad, y señalan que las amenazas se han vuelto una constante.
El controversial Bar Primer Piso ha reabierto sus puertas este jueves, solo tres días después de haber sido clausurado debido a un violento incidente que involucró una riña, agresión y amenazas hacia sus clientes, lo que ha desatado la indignación en la comunidad.
El pasado domingo, un cliente fue brutalmente atacado dentro del establecimiento, mientras que otro, con discapacidad, fue objeto de amenazas verbales y víctima de una riña. Este suceso llevó a las autoridades locales a clausurar el bar temporalmente, pero, a pesar de la gravedad de los hechos, el establecimiento reanudó sus actividades sin mayores complicaciones.
Ley. El incidente ha generado un creciente malestar entre los residentes, quienes denuncian un trato discriminatorio hacia los clientes y un ambiente de violencia cada vez más común en diversos bares de la ciudad. A pesar de que la ley establece sanciones severas, que incluyen cierres de hasta 14 días o permanentes en casos graves, el Bar Primer Piso logró eludir estas medidas y reabrió en tiempo récord. Vecinos y afectados expresan su preocupación ante la creciente inseguridad en la zona. “Las trifulcas, la discriminación hacia los clientes y las amenazas se han vuelto una constante en este lugar. Nos tememos por la seguridad de quienes visitan el bar", comentan los residentes, quienes señalan que las autoridades locales parecen no tomar medidas contundentes.
Influencias. En un contexto donde muchos negocios en Piedras Negras están siendo abandonados debido a la falta de seguridad, los ciudadanos denuncian que aquellos bares con influencias logran eludir las consecuencias, mientras que otros, que no logran mantener un ambiente seguro, se ven obligados a cerrar.
“Cada vez son más los bares que cierran, pero aquellos con poder logran seguir operando sin problemas”, aseguran.
Este caso pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en la ciudad y la creciente ola de impunidad en torno a ciertos establecimientos. Los ciudadanos hacen un llamado urgente a las autoridades, en especial a la administración entrante, para que tomen medidas más serias y efectivas para garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad, especialmente en lugares de entretenimiento nocturno. La situación plantea una urgente reflexión sobre la necesidad de reforzar las políticas de seguridad y normativas en los establecimientos de la ciudad.
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