El actor necesitó una cirugía facial para corregir un tabique desviado en su nariz hace algunos años.
Con el paso de los años, la percepción de la cirugía plástica ha evolucionado, dejando de ser estigmatizada para convertirse en algo cada vez más aceptado. En lugares como Corea del Sur, donde la apariencia física tiene una alta valoración, los procedimientos cosméticos son comunes y están normalizados tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, en el mundo occidental, especialmente entre los hombres y los actores, admitir este tipo de intervenciones sigue siendo complicado, incluso cuando no implican cambios estéticos significativos.
En mayo de 2012, después del lanzamiento de la primera película de "Los Juegos del Hambre", el actor que interpretó a Peeta Mellark, Josh Hutcherson, se sometió a una cirugía para corregir lo que él llamó "su nariz rota". A través de su cuenta de redes sociales, el joven de entonces 19 años informó a sus seguidores que se sometería a una cirugía por esta razón. Sin embargo, los medios de comunicación interpretaron rápidamente el caso como una cirugía estética.
Más tarde, su representante aclaró al portal E! News que la razón de la operación era la corrección de un tabique desviado en su nariz. Esta información fue confirmada por el propio actor en una entrevista con TMZ, donde explicó: "Mi fosa nasal derecha estaba bloqueada en un 90%". Hutcherson no tuvo problema en ser fotografiado saliendo del consultorio médico con vendajes en su rostro. Además, mantuvo a sus seguidores informados sobre su recuperación, compartiendo detalles a través de sus redes sociales y aprovechando su tiempo de reposo para ver series como "The Client List".
La diferencia visual después de la cirugía es prácticamente imperceptible, pero seguramente funcionó para el propósito que el actor buscaba lograr. Hoy, con 31 años de edad, Hutcherson no ha vuelto a mencionar el tema.
