Los Raiders fusionan su esencia con la vida nocturna de Las Vegas en su restaurante oficial.
Los recuerdos de los Raiders que pueden vivirse en Las Vegas hará que más de un fan recuerde el por qué se hizo aficionado
Los Raiders encontraron en la ciudad de Las Vegas un hogar a su medida. Las cualidades de la vida nocturna y excentricidades combinan con la esencia de los “malosos”, pese a que esta sea inversamente proporcional a su nivel de juego. Por ello, para recordar las viejas glorias en una espera por protagonismo que parece eterna, la mejor opción para los que son y no aficionados del equipo es su restaurante oficial.
El Raiders Tavern & Grill está a las afueras de Las Vegas, dentro del condado de Clark y se ubica en los interiores del Resort “M”. Junto a la enorme sección del casino del inmueble, un casco gigante de los Raiders montado en un pequeño auto da la bienvenida a los curiosos, amantes del futbol America y aquellos que solamente tienen hambre.
En la entrada hay tres pantallas que repiten jugadas históricas de los mejores hombres de los malosos. Mentras que a un costado hay un par de vitrinas llenas de balones y casco. Todos y cada uno de ellos firmados por figuras importantes del equipo. El resto de los salones está tapizado con diferentes cuadros, arte negro y plata. El rostro del legendario John Madden, Jim Plunkett o Ken Stabler. Saludan a los que pasan al baño, y recuerdan que, aunque ahora no parezca muy lógico, los Raiders cuentan con tres campeonatos del Super Bowl.
La temática de los malosos, como se espera, está en toda partes salvo en una de las más importantes: el menú. De todos los alimentos que se pueden pedir solamente dos tienen medianamente algo que ver con el equipo. Un desayuno Raider que el típico americano de huevo, pan y salchicha. Mientras que el segundo es la Mad Maxx Burguer, platillo inspirado en la figura actual del equipo, el defensivo caza quarterbacks Maxx Crosby.
El platillo es cuesta 18 dólares una hamburguesa de res con queso Monterrey, cebolla, caramelizada, pan brioche, verduras y champiñones. El sabor es fuerte, común, pero deja buena sensación en el paladar. El restaurante, que abrió apenas en abril pasado, tiene el producto de Crosby como el mejor de su oferta, pero es tan nuevo que ni se ha incluido en el menú. Por lo que, a menos que se hayan visto los carteles o anuncios en la entrada, nadie se entera que existe.
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