Bajo el velo de un ideal de belleza arraigado en la preferencia por la piel blanca, mujeres influenciadas por una tendencia estética, se someten a prácticas peligrosas inyecciones en el rostro para aclarar su tez.
En el corazón de Abiyán (Costa de Marfil), un mercado se convierte en escenario de engaños y riesgos para la salud. La joven youtuber que deseó identificarse bajo el seudónimo de Anita, después de recibir inyecciones con la promesa de obtener "piel clara", descubre que ha caído en una estafa.
Este fenómeno no es aislado; muchas mujeres buscan cumplir con estándares de belleza arraigados en la preferencia por la tez clara, impulsadas por la presión social y la influencia de un ideal estético occidental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta sobre este "problema de salud pública mundial que requiere atención urgente".
Mientras que las cremas despigmentantes han sido previamente documentadas por sus efectos adversos, las inyecciones, aunque en aumento, no han sido abordadas con seriedad por las autoridades de salud. La falta de transparencia en su composición crea un caldo de cultivo para estafas.
La agencia de noticias AFP compró una inyección aclarante en Costa de Marfil y lo envió a Francia para analizar su contenido y quedó evidenciado que no es real la composición que menciona en su etiquetado.
En los mercados africanos y redes sociales, la oferta de sustancias despigmentantes es abundante, proclamando resultados espectaculares. Desde el mercado Cocovico (un mercado importante en Costa de Marfil) hasta páginas de Facebook, estas sustancias se presentan como la solución a una búsqueda obsesiva de una "blanqueo uniforme hasta la médula ósea". El mercado negro, alimentado por la falta de regulación y control, facilita la propagación de estos productos de dudosa procedencia.
Las inyecciones de glutatión, un antioxidante natural, se han vuelto populares entre las mujeres más adineradas, prometiendo resultados más rápidos y uniformes. Sin embargo, los riesgos para la salud son considerables.
Dermatólogos como Sarah Kourouma advierten sobre los posibles efectos secundarios, que van desde despigmentación a largo plazo hasta condiciones más graves como diabetes, hipertensión o falla renal.
Mientras en Ghana las autoridades emitieron una alerta de octubre 2021. Las inyecciones de glutatión tienen efectos "secundarios tóxicos para el hígado, los riñones y el sistema nervioso", y que pueden provocar el "síndrome de Stevens Johnson" (putrefacción de la piel).
