La inactividad y el sedentarismo se han convertido en algo cotidiano, teniendo como consecuencia el aumento de enfermedades como la obesidad.
Un estudio reciente llevado a cabo por expertos de la Universidad de Limerick, en Irlanda, ha arrojado luz sobre una solución simple pero efectiva: caminar para regular los niveles de azúcar en la sangre.
El sedentarismo es un factor clave en el aumento de los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede llevar a problemas cardiovasculares y diabetes. Según investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona y del CIBERDEM, el ejercicio físico regular aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre.
Pero, ¿cuál es el momento óptimo para salir a caminar y obtener los máximos beneficios? Según el estudio de Alan E. Donnelly y Brian P. Carson, la hora ideal es justo después de comer, con un margen de hasta hora y media después de terminar la comida. Este simple acto puede tener efectos acumulativos a largo plazo, según los investigadores.
Los resultados de la investigación sugieren que no se necesitan grandes esfuerzos ni actividades físicas intensas para beneficiarse.
Tan solo levantarse de la silla después de comer y dar un paseo a ritmo moderado puede contribuir significativamente a la reducción de azúcar en sangre. Para alcanzar los mejores resultados, se recomienda acumular al menos 28 minutos de caminata durante el día, lo que ayuda a contrarrestar el sedentarismo.
Este hallazgo es especialmente relevante en un contexto donde el teletrabajo y la disponibilidad de comida procesada pueden llevar a estilos de vida más sedentarios. Incorporar pequeñas interrupciones en la rutina diaria, como dar un paseo después de cada comida, puede marcar la diferencia en la salud cardiovascular y en la regulación de la glucosa en sangre.
