¿No sería maravilloso si existiera un ingrediente mágico que pudiera solucionar todos nuestros problemas de salud con solo un bocado?
Lamentablemente, eso no es una realidad. Sin embargo, los científicos han identificado una fórmula para mejorar la salud, que consiste en mantener hábitos saludables a largo plazo en áreas como el sueño, la alimentación, el ejercicio, la socialización y la gestión del estrés.
Con motivo del 75º aniversario de la Organización Mundial de la Salud, aquí te presentamos los factores que, en conjunto, pueden potenciar tu salud, así como algunas acciones que puedes llevar a cabo hoy mismo para mejorar en estas áreas. Recuerda consultar a tu médico si tienes dudas específicas sobre cualquiera de estos aspectos.
Duerme lo suficiente
Una mala noche de sueño no solo afecta tu concentración al día siguiente. Este año, CNN reportó que la falta de descanso puede incrementar el riesgo de problemas de humor, asma, accidentes cerebrovasculares y acortar la esperanza de vida. Dormir adecuadamente es crucial.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan que los adultos duerman al menos siete horas cada noche, siendo también importante la calidad del sueño. Para mejorarla, las investigaciones sugieren establecer horarios regulares para acostarse y despertarse, seguir una rutina nocturna que prepare tu mente para el sueño, mantener el dormitorio oscuro y fresco, desconectarte de las pantallas antes de dormir, y evitar acostarte en la cama si no logras dormir.
Come de manera saludable
Cada organismo tiene necesidades diferentes, pero ¿existe una manera recomendada de guiar tu alimentación? Según numerosos estudios y clasificaciones anuales de U.S. News & World Report, la dieta mediterránea es la mejor opción.
No permitas que la palabra "dieta" te lleve a pensar en algo restrictivo para perder peso; la dieta mediterránea se basa en una alimentación sencilla, centrada en vegetales, frutas, granos integrales, legumbres y semillas, complementada con algunas nueces y un alto consumo de aceite de oliva extra virgen. Otras grasas, como la mantequilla, son limitadas, y el azúcar y los alimentos refinados se reservan para ocasiones especiales.
Diversos estudios han demostrado que seguir la dieta mediterránea puede disminuir el riesgo de desarrollar diabetes, colesterol alto, demencia, problemas de memoria, depresión y cáncer de mama.