Su tránsito para llegar a la frontera no es nada fácil, precisando que se enfrentó a la corrupción de los policías en Guatemala
A sus escasos 24 años de edad, Eber López, tiene la mira puesta en llegar a los Estados Unidos con el fin de encontrar un lugar donde pueda vivir de manera tranquila y genere los recursos necesarios para subsistir él y su familia que dejó en Honduras y que espera reunir una vez que obtenga la visa humanitaria para vivir de manera legal en el vecino país, rogando al todopoderoso para que pueda ser beneficiado con el asilo humanitario.
El Migrante, Hondureño, narra que salió hace como un mes de Honduras, los motivos es la violencia indicando que de la parte donde es originario existen muchas pandillas y su vida corría peligro, sumado a la crisis económica que se vive en la que el producto de su esfuerzo por medio del trabajo no es suficiente para tener una vida digna habiendo mucha pobreza en todos los rincones del país centro americano.
Su tránsito para llegar a la frontera no es nada fácil, precisando que se enfrentó a la corrupción de los policías en Guatemala quienes les robaban el poco dinero con el que cuentan, pero afortunadamente durante el trayecto también conoció gente buena que le regalaba agua y comida con lo que ha logrado subsistir hasta llegar a la frontera y esperar a entregarse a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
Al ingresar al río bravo el migrante camina entre la fuerte corriente y las piedras con el temor latente de que pueda ser arrastrado, pero eso queda atrás al tener su objetivo puesto dirigiéndose con rumbo hacia donde está otro grupo de ilegales esperando el momento en el que puedan ser recibidos o bien romper el alambre de púas hay quienes caminan entre el agua buscando por donde ingresar librando la barrera metálica, una vez en suelo norteamericano, las autoridades federales los retienen debajo del puente dos les ofrecen agua y los trasladan al centro de detención para revisar el historial de cada uno y determinar quienes son aceptados para una cita con el juez de inmigración.
