Las várices, venas varicosas que se manifiestan con torsiones y agrandamientos principalmente en las piernas, no solo afectan la estética, sino que también pueden desencadenar molestias y complicaciones graves.
Conoce sus causas y descubre cinco acciones clave para prevenirlas y mantener tu salud en óptimas condiciones.
Las várices, afección médica que se manifiesta con venas retorcidas y agrandadas, pueden pasar de ser un problema estético a convertirse en fuente de dolor y malestar, según la Clínica Mayo.
Entre los síntomas más comunes se encuentran cambios en el color y la apariencia de las venas, dolor, picazón, sensación de ardor, calambres e hinchazón, agravándose con periodos prolongados de estar de pie o sentado.
Las causas de las várices radican en la debilidad o daño de las válvulas venosas, provocando que la sangre retroceda y se acumule, resultando en venas retorcidas.
Factores de riesgo incluyen el envejecimiento, antecedentes familiares, obesidad, y períodos prolongados de estar de pie o sentado. Las mujeres, especialmente durante el embarazo, están más propensas, y ciertos anticonceptivos pueden aumentar el riesgo.
Las várices, en casos específicos, pueden dar lugar a úlceras, coágulos y sangrado. Ante cualquier síntoma, es crucial buscar la atención de un especialista para un diagnóstico certero.
Para prevenir la aparición de várices, la Clínica Mayo propone acciones efectivas:
1. Controlar el peso: La obesidad aumenta la presión en las venas, contribuyendo al desarrollo de várices.
2. Hacer ejercicio: Adoptar una rutina ayuda a combatir la obesidad y favorece la circulación sanguínea, reduciendo el tiempo de estar de pie o sentado.
3. Evitar tacones altos y calcetines apretados: Estos pueden dificultar el flujo sanguíneo, contribuyendo a la hinchazón de las venas.
4. Cambiar posiciones corporales: Realizar cambios regulares en la postura, levantar las piernas cuando estés sentado o acostado, facilita la circulación sanguínea.
5. Mantener una dieta rica en fibras y baja en sal: Estos hábitos alimenticios disminuyen la probabilidad de desarrollar várices. Consultar con un médico especialista puede orientar sobre la dieta más adecuada para cada caso.
En conclusión, entender las causas de las várices y adoptar hábitos preventivos es esencial para preservar la salud vascular. La combinación de un estilo de vida activo y decisiones alimenticias conscientes puede marcar la diferencia en la prevención de esta afección médica.
