Un gol inútil, pero valioso.
El de Uriel Antuna es un gol intrascendente, insignificante, nimio, pero valioso, no sólo porque impide la derrota de México ante Estados Unidos, aunque no tiene peso competitivo y tal vez ni histórico, acaso anecdótico, pero resulta valioso.
Es el gol de la tregua, de la expiación, gol que narcotiza, que anestesia la furia, la rabia del aficionado mexicano tras el ridículo en Qatar 2022 y la serie de maquinaciones turbias en la Federación Mexicana de Futbol.
Sí, un gol inútil, pero valioso. Ese, el de Antuna, en el empate 1-1 entre Estados Unidos y México en el mal llamado Clásico Continental, porque negocia una pausa, una tregua, un oportuno armisticio, entre una afición enturbiada por el fracaso consistente, especialmente ante Estados Unidos.
Diego Cocca entra en un remanso de paz y cautela a la espera de la Semifinal de la Liga de las Naciones y la Copa Oro. Al menos su vesícula no supurará por unos días. No perder en tiempos de crisis y caos, de desconfianza y recelo, termina por ser un bálsamo de conformismo y autocompasión.
Más allá de la incomodidad de empatar ante México, la US Soccer encontró varias formas de consolarse: 55,730 boletos vendidos, una taquilla superior a los $2,000,000 y, además, #ElGrito sólo apareció una vez en el State Farm Stadium y ocurrió hasta el minuto 92.