Cada cierto tiempo, los tardígrados se convierten en noticia debido al descubrimiento de algín nuevo superpoder en su ya extensa lista de sorprendentes capacidades de supervivencia. La cuestión, con estos diminutos animales, es que se sabe muy poco de su origen. Un equipo de investigadores cree haberlo descubierto.
El Paleobiólogo del Instituto de Investigaciones Polares de Corea del Sur Ji-Hoon Kihm y su equipo ha estudiado el genoma de 40 subespecies de tardígrado para tratar de determinar de dónde evolucionaron estas resistentes criaturas. Resulta que el antecesor más probable son los lobópodos, un género de gusanos del período Cámbrico al que pertenece una de las criaturas más extrañas que ha pisado este planeta: el Hallucigenia. La fisonomía de este gusano era tan poco común que los paleontólogos tardaron más de un siglo en reconstruirlo correctamente. No se puede negar que tardígrados y Hallucigenia comparten cierto parecido. El estudio acaba de publicarse en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Hasta ahora, el entendimiento que teníamos sobre la evolución de los tardígrados era muy limitado”, explicó Ji-Hoon Kihm en un correo remitido a Gizmodo. “Nuestro estudio revela que los rasgos morfológicos ancestrales de los tardígrados tienen una relación estrecha con los lobópodos”.
Los lobópodos son un género de gusanos que habitó el fondo marino durante el período Cámbrico, una franja de tiempo de alrededor de 53 millones de años que tuvo lugar hace 500 millones de años y que se definió por una explosión de la diversidad biológica con el nacimiento de nuevas especies, la mayor parte de ellas en los océanos. Hoy en día los fósiles de aquellos animales se han hallado en montañas como Burgess Shale, en Canadá, o Qingjiang, en China. Además del Hallucigenia sparsa, otros representantes de este género incluyen al Titanokorys gainesi o al Cambroraster falcatus, nombrado así por el parecido de su fisonomía con la forma del Halcón Milenario de Star Wars.
Por supuesto, hay muchas diferencias entre esas especies extintas y los tardígrados actuales, pero Kihm y su equipo cree que los lazos genéticos son demasiado abundantes como para pasarlos por alto. Algunos de los genes de los lobópodos que no están en los tardígrados modernos simplemente pudieron desaparecer en el proceso de miniaturización por la que discurrió la evolución del tardígrado hasta convertirlo en la criatura de apenas 1mm que es hoy. Se conocen algunos ejemplares fósiles de tardígrado, incluyendo un ejemplar de hace 16 millones de años atrapado en ámbar.
Un análisis genético pormenorizado y comparado de estas criaturas seguramente arrojará más datos sobre su evolución. “La hipótesis de que los lobópodos son ancestros de los tardígrados es nueva y vale la pena considerarla seriamente”, explicó a Gizmodo Joe Moysiuk, paleobiólogo del Museo Real de Ontario en Toronto . “Las especulaciones sobre los procesos de desarrollo que podrían haber contribuido al origen de la fisonomía de los tardígrados también son fascinantes”.
