Telescopio espacial James Webb sufre un fallo de software
AGENCIAS / EL TIEMPOLa NASA ha informado esta semana de que el espectrógrafo generador de imágenes cercanas a infrarrojo (un instrumento conocido como NIRISS por sus siglas en inglés) del telescopio espacial Webb no están disponibles para operaciones científicas debido a un fallo de software.
En un comunicado publicado ayer, la agencia explicó que el problema comenzó el pasado 15 de enero, cuando un retraso en las comunicaciones dentro del instrumento hizo que su software de vuelo se detuviera. El software de vuelo es una parte crucial de cualquier instrumento que opere en el espacio, ya que gestiona un conjunto completo de operaciones de la nave que incluyen su orientación, comunicaciones, recopilación de datos y control térmico.
El tiempo de espera del software de vuelo de NIRISS no significa que Webb esté a punto de perder su posición o cualquier otra cosa desastrosa. De hecho, el comunicado de la NASA aclara que “no hay indicios de ningún peligro para el hardware, y tanto el observatorio como los demás instrumentos gozan de buena salud”. Las observaciones científicas afectadas por el fallo del NIRISS serán reprogramadas.
Hace un año ya que el telescopio espacial James Webb completó su viaje de más de un millón de km hasta L2, el punto del espacio desde el cual el observatorio toma imágenes del cosmos. En sus seis meses de operaciones científicas ha captado algunas vistas del universo notablemente nítidas y valiosas para la ciencia. Pero no todo ha sido un camino de rosas para el observatorio espacial de 10 mil millones de dólares. Si bien sus instrumentos científicos se pusieron en marcha sin problemas, en mayo uno de los espejos del Webb fue golpeado por un micrometeoroide, una roca muy pequeña que causó daños. Por fortuna, el equipo del Webb explicó que el rendimiento óptico del telescopio era el doble de bueno de lo requerido, así que aún hay margen operativo de sobra.
También ha habido algunos contratiempos de software. En agosto, el instrumento de infrarrojo medio (o MIRI) del telescopio sufrió un bug que detuvo sus operaciones hasta noviembre. Solo un mes después, en diciembre, hubo un problema con el control de orientación del telescopio (que controla precisamente hacia dónde apunta). El fallo puso el telescopio en modo seguro varias veces el mes pasado.
Ninguno de estos problemas es un desastre. El espacio es así, y por si sirve de referencia, el telescopio espacial Hubble (el predecesor de Webb) continúa funcionando después de más de 30 años en el espacio y tras haber sufrido recibido múltiples actualizaciones y reparaciones de software, incluso por manos humanas.
Ningún técnico viajará un millón de millas a través del espacio para abordar los problemas del Webb, por lo que la NASA debe abordarlos desde tierra. Las agencias espaciales pueden diseñar futuros observatorios espaciales para dotarlos con servicio técnico robotizado, pero por ahora, el mantenimiento del Webb deberá realizarse de forma remota. Con todo, Webb ha realizado un trabajo tremendo hasta ahora y todo indica que continuará arrojando luz sobre las regiones más antiguas y oscuras del cosmos.
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