El hormigueo en las extremidades, especialmente en las manos y pies, es una molestia común que experimentan muchas personas durante la noche. A menudo se debe a una alergia o resequedad de la piel, lo que puede ser fácilmente tratado con lociones hidratantes y cremas anti-alérgicas. Sin embargo, en algunos casos, el hormigueo puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente más grave.
Una de las condiciones más graves asociadas con el hormigueo en las manos es la neuropatía periférica. La neuropatía periférica es una enfermedad que se produce cuando los nervios fuera del cerebro y la médula espinal (conocidos como nervios periféricos) se dañan. Esta enfermedad puede ser causada por diversas razones, incluyendo diabetes, lesiones traumáticas, problemas metabólicos e infecciones.
Según la Mayo Clinic, la neuropatía periférica puede causar una variedad de síntomas además del hormigueo en las manos y pies, incluyendo dolor, debilidad muscular y problemas de coordinación.
Es importante destacar que la neuropatía periférica puede ser una condición grave y que requiere atención médica inmediata. En algunos casos, la enfermedad puede progresar rápidamente y provocar discapacidad permanente.
Además de la neuropatía periférica, el hormigueo en las extremidades también puede ser un síntoma de otras enfermedades, como la diabetes. La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Cuando no se controla adecuadamente, la diabetes puede causar daño a los nervios periféricos y provocar hormigueo en las manos y pies, así como otros síntomas.
Es importante destacar que el hormigueo en las manos y pies no siempre es un síntoma de una enfermedad subyacente. Sin embargo, si experimentas hormigueo con frecuencia, especialmente si está acompañado de otros síntomas como dolor o debilidad muscular, es importante buscar atención médica inmediata.
Qué es la Neuropatía periférica: y cuáles son sus sintomas
Los nervios periféricos son un componente clave del sistema nervioso, ya que se ramifican entre el cerebro y la médula espinal y conectan todas las partes del cuerpo. Estos nervios son responsables de enviar información ida y vuelta, lo que permite controlar funciones importantes como el movimiento, la respiración, los latidos cardíacos y la digestión.
