Si tu propósito de año nuevo fue hacer ejercicio, no olvides tu alimentación
Comienza un nuevo año, y con él, los propósitos que esperamos cumplir a lo largo de los próximos 12 meses. Uno de los más comunes y que muchas veces menos se logra es hacer ejercicio, lo que conlleva a un estilo de vida más saludable y activo.
Cumplir esta meta es un proceso más largo que sólo inscribirse a un gimnasio, pues no solamente es hacer ejercicio físico a morir, sino balancear otras cuestiones en tu organismo y tu estilo de vida, una de las más importantes es la alimentación, la cual, muchas veces se pasa por alto.
Los objetivos al incrementar nuestra actividad física pueden ser bajar de peso, ganar músculo o simplemente mantenerse saludable. La dieta y una alimentación balanceada es importante para cumplirlos. El punto es llegar a un equilibrio entre tus hábitos alimenticios y el entrenamiento físico.
La importancia de la nutrición
Se debe entender que el ejercicio físico conlleva un gasto energético de nuestro cuerpo, por lo que la alimentación debe de ser suficiente para brindar ese gasto. Es por eso que se debe consultar a un nutriólogo para saber nuestras necesidades nutricionales y marcar nuestros objetivos con el entrenamiento.
La nutrición en el deporte es importante para cubrir tres aspectos fundamentales: mantener y fortalecer los tejidos de nuestros músculos; mantener sano nuestro metabolismo; y brindar energía a nuestro cuerpo.
Por otro lado, no es posible llevar dietas iguales para todos, si bien hay un estándar, la cantidad y tipo de comidas que un deportista de alto rendimiento ingiere serán diferentes a alguien que sólo puede entrenar una o dos horas al día. Incluso, entre profesionales del deporte la dieta cambia. Un fisicoculturista deberá comer más proteína que un deportista atlético.
Eso sí, la alimentación tendrá una injerencia especial en tus resultados, seas novata o deportista profesional. Si lo que quieres es perder peso, inevitablemente debes transformar los azúcares procesados por vegetales y verduras, ya que aunque puede que se den algunos cambios, no se logrará una mejor pérdida de peso sin la dieta adecuada.
Si lo que buscas es ganar masa muscular, se debe entender que, al levantar pesas, los músculos sufren una síntesis de proteínas, en la cual básicamente las células de nuestro cuerpo traducen el esfuerzo físico, y las proteínas en masa muscular. Sin embargo, al mismo tiempo se da una descomposición de proteínas, que “degrada” tus músculos, lo cual es perfectamente normal.
Un proceso no puede existir sin el otro, y la única forma de ensanchar tus músculos es haciendo que la síntesis sea mayor que la descomposición. Esto se logra a través del ejercicio, pero también de una alimentación que repare los músculos y brinde la suficiente energía para resistir el esfuerzo físico.
El balance en la alimentación
Por otro lado, la alimentación debe proveer de carbohidratos. Contrario a los monstruos que a veces creemos que son, las calorías son esa energía que el cuerpo necesita. Antes de hacer ejercicio es recomendable consumirlos en fruta, yogurt o algún pan con mermelada. Lo suficiente para lograr quemar calorías en poco más de una hora de ejercicio. El truco no es checar cuántas calorías tiene un producto, sino cuantas consumiremos y hacer el balance al momento de hacer ejercicio.
De cualquier manera, siempre es recomendable consultar a un nutriólogo que de una mejor dieta de acuerdo a sus necesidades físicas, el tiempo en que se ejercita y los objetivos a lograr.
Nunca es bueno entrenar con el estómago vacío ni comer de más para aguantar el entrenamiento. Tampoco saltarse comidas sin necesidad, o ingerir suplementos sin un plan de nutrición. Creer en mitos como esos, sólo provocarán daños en el cuerpo como en los riñones, o incluso afectaciones psicológicas.
Contar con médicos y planes alimenticios harán que los propósitos de año nuevo como este sean más llevaderos y mucho más fáciles de cumplir. El punto, como se ha estado explicando es encontrar un balance entre dieta y ejercicio.
