Un gol en el minuto 95, con una decisión arbitral muy controvertida, deja al equipo en tercera posición y ahora se enfrenta al Arsenal en una situación doblemente complicada.
Un supuesto error de Sergio Ramos, en una falta innecesaria en la banda a dos minutos del final, pese a que él la protestaba, en un partido donde el Sevilla había hecho lo más complicado, que era reponerse a un empate en un penalti dudoso del propio central camero con un tanto de En-Nesyri, provocó una jugada embarullada en el área con tan mala suerte que el balón terminó entrando en la portería de Nyland. Con 1-2 pudo sentenciar Lukebakio. Una noche alocada, con ocasiones en las dos áreas, un gol anulado a Pedrosa y un penalti discutible. Y encima el Arsenal cayó en Lens, dejando el grupo abierto, pero con el futuro doble enfrentamiento ante los ingleses, da la sensación de que de estos dos puntos se acordará cuando le hagan falta. Y de Daniele Orsato, un colegiado que todas las decisiones vitales las vio en contra de los sevillistas. Todas.
El Sevilla sufrió muchísimo en el primer periodo, pese a un arranque con cierta personalidad y estilo Mendilibar, colocando al equipo muy arriba. Pero una alineación con dos pivotes lejos de su mejor estado de forma (y cargados de años) y Suso jugando por dentro, complicaba a los andaluces ese ida y vuelta en el que rápidamente convirtió el PSV el encuentro. Sin descanso ni faltas. Un empuje que le costaba controlar a los sevillistas, que se veían siempre en inferioridad en cuanto conseguía el rival un cambio de dirección y entrar por los costados, con dos puñales en las bandas buscando constantemente el uno contra uno. Menos mal que la línea defensiva aguantó con cierta suficiencia, destacando tanto Pedrosa como Sergio Ramos, pero la sensación era evidente. Mendilibar debía cambiar algo del guion que había dispuesto. El Sevilla era inferior y lo normal es que llegase un gol en contra. En cada partido gordo o vital acostumbra a tirar de la vieja guardia. La pasada Europa League aún pesa en su cabeza.
Después de un dominio inicial de cinco minutos, los siguientes diez fueron de avalancha holandesa. De Jong y Bakayoko se encontraron con defensas andaluces en sus primeros remates. Cada córner era un parto, con el exsevillista Luuk cabeceando o prolongando cada pelota que se levantaba dos palmos de la hierba.
El más peligroso era un Noa Lang (ex del Brujas) que tenía a Navas en constante sufrimiento, sacándole incluso una tarjeta en la primera parte. El extremo probó a Nyland con un disparo al primer palo, reaccionando bien el noruego, otra vez titular con el Sevilla. Incluso uno de los sustos pudo terminar en muerte, con un gol de Ramlaho de cabeza en una falta lateral, aunque anulada por fuera de juego. Los de Mendilibar llegaron en el tramo final con dos contragolpes mal ejecutados en el último pase o la decisión de un disparo precipitado. El 0-0 no era malo al descanso Sin embargo, para ganar o, al menos, no perder, el Sevilla debía ser competitivo de verdad, no sobre el papel.
Locura de segunda mitad
El guion del encuentro pudo cambiar con un gol de Adrià Pedrosa anulado por el árbitro por mano previa, en la que el balón le golpea un poco en los dedos con la mano justo delante de su cuerpo. El lateral robó arriba y definió bien cruzando la pelota. Una acción muy protestada por el equipo andaluz. Para agudizar en el dolor de ese gol que terminaba por no subir al marcador, un fantástico pase raso de Rakitic desde campo propio dejaba mano a mano a En-Nesyri con Benítez. El delantero marroquí, con todo el tiempo del mundo y los metros para pensar, estrellaba su disparo en el larguero. Y sin dejar lamentarse de nuevo a Mendilibar y todo su banquillo, la contra del PSV finalizó con un disparo alto de Tillman desde el punto de penalti. Opción de 1-0 muy cercana. Esto levantó al líder de la Eredivise, con Lang haciendo diabluras, lanzando un metro fuera un mano a mano con Nyland.
Se ponía el partido en esa cornisa de ir los dos a por la victoria, con un Sevilla que corría más riesgos porque estaba viendo que si acertaba con los pases por dentro podía sacar petróleo de cualquier acción de contra. Un despeje contra su portería de Gudelj, en la enésima cabalgada de Lang, terminó en el poste. Un posible autogol como el de Sergio Ramos en Barcelona. Esta vez no tuvo tan mala suerte el Sevilla. Mendilibar movía el banquillo y al momento, en una jugada de estrategia, de córner en corto y centro al segundo palo sobre Ramos, fue prolongada por el camero para que Gudelj fusilase a Benítez.
Se adelantaban los sevillistas en un momento clave de la noche.
Quedaba todavía partido. Noa Lang se marchó de tres sevillistas en una carrera maradionana, para disparar cerca del poste. Se librara el Sevilla. Juanlu, pese a sus piernas frescas, necesitaba ayudada ante un puñal como el extremo del PSV.Orsato señalaba penalti de Sergio Ramos sobre Tillman, en el que no se apreciaba golpe del central sevillista, resbalando el atacante del conjunto de Países Bajos. Luuk de Jong no perdonaba y metía al PSV en el duelo y en la clasificación por el grupo.
Pero a este Sevilla le quedaba una carta guardada,. Una carrera por banda de Juanlu, en pared con Lukebakio, sorprendía a la defensa holandesa y su centro al área lo cabeceaba a la red En-Nersyri. Otra vez por delante.
Nervios en el alargue. Lukebakio estrellaba un disparo en el palo en una jugada personal desde su propio campo. Había que sufrir hasta el final. Llegó esa falta de Ramos y el gol de Teze dejaba sin tiempo al Sevilla. Un punto. Muy poco.
