El actor trabajó desde muy joven en el negocio de su padre.
Sergio Mayer recuerda sus inicios y relata que su familia pertenecía a la clase media baja, pues él junto a sus tres hermanos crecieron en San Lorenzo Xicoténcatl, una colonia ubicada en la alcaldía Iztapalapa y debido a su apariencia de “güeritos” tuvieron que aprender a defenderse desde muy chicos, sin embargo, el actor aclaró que guarda los mejores recuerdos de esa época, pues son los momentos que lo llevaron a convertirse en lo que es hoy.
El padre de Sergio Mayer lo enseñó a ser disciplinado
No es la primera vez que Mayer argumenta que si es un padre recto es debido a la forma en que fue criado, pues su papá Rubén Mayer fue un hombre muy estricto, ya que para él era inconcebible que en su familia hubiera un hijo homosexual o que consumiera drogas; de hecho, recordó que cuando se perforó una de las orejas, su progenitor puso el grito en el cielo.
“Mi papá era de los que a mi abuelo le daba beso en la mano y le hablaba de usted, imagínate esa educación que fue forjando a base de golpes en aquel tiempo, porque así los educaban y así era la realidad”, expresó. “Para que veas lo cuadrado que fue mi papá en ese momento (…) porque ha cambiado muchísimo evidentemente, el tiempo lo va cambiando”, destacó.
Sin embargo, la rectitud y el carácter de su padre es uno de los factores determinantes para que el actor se convirtiera en la persona que es, pues Mayer reconoce todos los esfuerzos que hizo su padre para sacar a la familia adelante, denominándolo como “un hombre de trabajo”, pues hubo un tiempo en que se mudaron a Estados Unidos; en principio, llegaron con documentación pero, los últimos dos años que residieron en ese país fue sin papeles, por lo que su progenitor tuvo que trabajar excesivamente para que no les faltase nada:
“Nos fuimos legales, pero se venció la VISA y nos quedamos de ilegales allá, mi papá tenía dos a tres trabajos, lo veía muy poco. Trabajaba en la madrugada deshuesando en carnicerías, luego en la tarde se iba a un restaurante y en la noche era cadenero en un bar, dormía dos horas al día para sacarnos adelante”, reconoció y estimó: “El trabajo y el esfuerzo de mi padre nos forjó, somos cuatro hombres, y nos enseñó a salir a adelante, a ser gente decente”.
Aunque recibió golpes, Sergio Mayer no recuerda una infancia de maltrato
También confió que tanto su padre como su madre lo golpeaban a él y a sus hermanos, sin embargo, reconoció que no creció frustrado ni asumiéndose como “un niño maltratado”, porque crecieron siendo muy competitivos un hermano con el otro, por lo que se la pasaban peleándose y sus tutores sólo trataban de mediar entre ellos y controlarlos.
Y aunque Sergio y sus hermanos nacieron en Iztapalapa y reconoce que durante su niñez vivieron carencias, también indicó que tuvieron que aprender a defenderse porque las personas de los alrededores los veían como “los bonitos” y “los güeritos” y les llegó a tocar de “todo”.
“Yo nacía en San Lorenzo Xicoténcatl, en Iztapalapa, en una colonia de clase media baja, brava, muy cerca de la Avenida Texcoco, yo estudié en escuela de gobierno, éramos de ahí, ahí nacimos”, precisó.
Y aunque vivían en Iztapalapa, el actor estudiaba hasta Texcoco, por lo que todos los días se trasladaban en camión hasta la primaria muy temprano por la madrugada y, al acabar las clases, se quedaban jugando futbol americano en Chapingo. Por esa época, el actor también tuvo su primera novia, Vicky Avalos, cuando él tenía 10 años y ella ocho.
Trabajar con carne, el primer empleo de Sergio Mayer
Al crecer, Sergio comenzó a acompañar a su padre “al rastro”, donde trabajaban con carne de ganado.
“Cuando empezamos a crecer y queríamos salir de reventón, llegábamos a la una o dos de la mañana y las tres, mi papá nos despertaba: ´-Levántese, cabrón. Órale, a trabajar´, apenas te estabas quitando la ropa para acostarte y tenías que irte a trabajar porque en el rastro hay que estar de madrugada para entregar temprano la carne a todas las carnicerías”, pormenorizó.
En el rastro -detalló el actor- ayudaba a marcar, a vender, a pesar y a cargar también. “Eran unas friegas, fue muy estricto con nosotros, pero no tengo ningún completo, al contrario, yo les agradezco (a su madre y padre) que hayan sido estrictos y que nos hayan traído así (…) todos mis hermanos estamos casados con familia”, señaló.
