Un testimonio reciente, que se ha viralizado en redes sociales, muestra a un hombre que declaró en el programa de la cadena estadounidense CBS, The Doctors", que ha vendido uno de sus testículos por una buena cantidad de dinero, misma que usó para poder comprarse el auto de sus sueños.
Después de la declaración de este hombre, quien se identificó a sí mismo como Mark Parisi, muchos se han preguntado si es posible vender un testículo por miles de dólares u otros órganos "no vitales" del cuerpo.
Lo primero que debes sabes es que tanto en Estados Unidos y varios países, la venta de órganos está estrictamente prohibida. La donación de órganos está permitida, pero solo en un contexto de altruismo y gratuidad.
En el caso de México, la Ley General de Salud prohíbe el comercio de órganos a nivel nacional, aunque permite la donación con fines altruistas.
El comercio ilegal de órganos es un problema global, y según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México, China y Costa Rica se destacan por tener un alto número de donaciones ilegales de órganos. Esta red de tráfico de órganos involucra a profesionales de la salud y del sector turístico, lo que plantea serias preocupaciones éticas y de seguridad.
En cuanto a los precios de los órganos en diferentes países, varían significativamente. Un hígado puede costar alrededor de 20 mil dólares en India, 40 mil dólares en China y hasta 160 mil dólares en Israel. Sin embargo, la mayoría de los donantes ilegales reciben una fracción pequeña de estas ganancias, generalmente entre mil y 10 mil dólares por la donación de su órgano.
La OMS estima que entre un 5% y un 10% de los trasplantes realizados en todo el mundo son ilegales, y aproximadamente 10 mil riñones se venden en el mercado negro cada año, lo que equivale a más de uno por hora. Esto subraya la urgencia de abordar el tráfico de órganos y promover la donación legal y ética.
En México y Estados Unidos, la compensación económica por la donación de órganos, tejidos y células está prohibida para frenar el avance del mercado negro de órganos. Ambos países respaldan la Declaración de Estambul, que busca garantizar que la donación de órganos sea un acto altruista y voluntario.
