En México, los tumores malignos ya se han posicionado como la tercera causa principal de muerte a nivel nacional hasta el año 2022, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Cánceres como el de mama, próstata, tiroides, colon y cérvix uterino han exhibido una incidencia creciente en la población mexicana hasta el 2020, subrayando la urgencia de estrategias efectivas de prevención y detección.
La anticipación marca la diferencia en la batalla contra el cáncer. Un diagnóstico temprano no solo aumenta las posibilidades de éxito en el tratamiento, sino que también simplifica el proceso de atención médica.
Los objetivos fundamentales de la detección oportuna son reducir la incidencia de la enfermedad, prevenir muertes relacionadas con el cáncer y disminuir la complejidad de los tratamientos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a todos los países a implementar tres medidas cruciales para mejorar el diagnóstico temprano del cáncer.
Primero, sensibilizar al público acerca de los síntomas y alentar la búsqueda de asistencia médica. Segundo, invertir en el fortalecimiento y equipamiento de los servicios de salud, así como en la formación del personal sanitario. Por último, asegurar que las personas con cáncer tengan acceso a tratamientos seguros y eficaces, incluyendo el manejo del dolor.
Cifras alarmantes: 21 Millones de nuevos casos para 2030
Hoy en día, los cánceres representan casi una sexta parte de las muertes a nivel mundial, con más de 14 millones de nuevos casos diagnosticados cada año. Sin embargo, las proyecciones indican un aumento significativo, alcanzando los 21 millones para el año 2030. Esta alarmante cifra subraya la necesidad crítica de implementar estrategias de detección temprana a nivel global.
En América Latina, los hombres enfrentan mayores riesgos de fallecer por cáncer de próstata, seguido por el de pulmón, estómago y colorrectal.
Entre las mujeres, el cáncer de mama lidera las estadísticas de mortalidad, seguido por los cánceres de estómago, pulmón, cuello uterino y colorrectal.
Estos datos resaltan la importancia de enfoques preventivos y detección temprana adaptados a las características específicas de la región.
