Los mayores de 80 años, cuya capacidad de memoria es equivalente a la de personas 30 años más jóvenes, deben su aptitud mental principalmente a su resistencia a los cambios cerebrales relacionados con la edad.
Las estrategias de compensación y afrontamiento de los signos del envejecimiento desempeñan un papel secundario. Este es el resultado de un estudio reciente, que también da fe de la condición física y mental significativamente mejor de estas personas, también conocidas como “superenvejecedores” en comparación con la gente de su misma edad.
Hace más de diez años se inició en España el “ Proyecto Vallecas”, en el que han participado más de 1.000 personas mayores de 70 años sin trastornos neurológicos ni psiquiátricos graves. El equipo del estudio pidió a los ancianos que se sometieran a pruebas y exámenes una vez al año, incluidas resonancias magnéticas cerebrales. El objetivo del proyecto global fue identificar signos tempranos de deterioro cognitivo y demencia incipiente. Junto con otros compañeros españoles, el Dr. Christian Gaser, neurocientífico del Hospital Universitario de Jena, ha evaluado ahora los datos de resonancia magnética sobre la estructura cerebral recogidos en el proyecto y se ha interesado especialmente por los “superenvejecedores”.
Rendimiento de memoria de los “superenvejecedores”
Se denomina así a las personas de 80 años o más que tienen un rendimiento de memoria propio de personas 30 años más jóvenes. El análisis analizó por qué los “superenvejecedores” envejecen de forma diferente a la mayoría de la población. Mediante una prueba de memoria, el equipo del estudio filtró 64 “superenvejecedores” de toda la cohorte y los comparó con 55 adultos mayores con una función de memoria típica de su edad. En estos grupos, los científicos compararon pruebas de imagen de estructuras cerebrales, resultados de pruebas y valores de laboratorio recogidos de media a lo largo de varios años.
"Este estudio es uno de los más amplios realizados hasta la fecha y el primero que examina la estructura cerebral de los ‘superenvejecedores’ a lo largo del tiempo", afirma Christian Gaser, explicando que este diseño longitudinal del estudio es fundamental para entender por qué los “superenvejecedores” envejecen de forma diferente. Los resultados confirman estudios anteriores que mostraban que el cerebro de los “superenvejecedores” tiene más materia gris que el de los adultos que envejecen de forma normal. El análisis actual también ha observado que, en general, la materia gris en áreas clave del cerebro disminuía más lentamente en los “superenvejecedores” que en el grupo de comparación a lo largo de cinco años. En cambio, la concentración de biomarcadores de demencia en la sangre era similar en ambos grupos.
Especialmente resistentes
"Llegamos a la conclusión de que no son simplemente mejores mecanismos de afrontamiento los que impiden a los ‘superenvejecedores’ la pérdida de memoria relacionada con la edad, sino que son más resistentes a los cambios en la estructura cerebral relacionados con la edad", afirma Christian Gaser. "Sin embargo, las razones exactas de esto aún no están claras".
Entre un total de 89 factores demográficos, de estilo de vida y clínicos, los investigadores utilizaron finalmente un modelo de aprendizaje automático para buscar los asociados a los “superenvejecedores”. Esto demostró que los “superenvejecedores” tienen mejor salud mental y más movilidad que los demás miembros de su grupo de edad.
"Sin embargo, el modelo solo fue capaz de distinguir a los “superenvejecedores” de los adultos mayores típicos en dos tercios de los casos", explica Gaser. Esto sugiere que el superenvejecimiento puede estar influido por factores genéticos adicionales". Gaser señala que no está claro si todas las personas tienen potencial para convertirse en “superenvejecedores”. Sin embargo, subraya que el aprendizaje permanente, las actividades sociales, un estilo de vida más activo y el mantenimiento de la independencia en la vida cotidiana pueden contribuir a convertirse en un “superenvejecedor”.
"Un estilo de vida más activo en la mediana edad y actividades como tocar un instrumento, así como mantener la movilidad y controlar la hipertensión y los niveles de azúcar en sangre, podrían ayudar a mantener una memoria sana en la vejez", afirma.
