El mexicano trataba de organizar sus combinaciones con el jab, pero ante la velocidad de su rival, poco podía conectar
Sin una estrategia definida, el mexicano Rey Vargas fue superado por la rapidez de piernas y manos del estadounidense O’Shaquie Foster, quien lo venció por decisión unánime (117-111, 119-109, 116-112), conquistando así el cetro superpluma del Consejo Mundial de Boxeo, que se encontraba vacante, en un duelo en el que el mexiquense deseaba lograr el tricampeonato en su carrera, situación que tendrá que esperar al caer en las tarjetas, en el duelo estelar de la función que se realizó en el Alamodome de San Antonio, Texas.
Sin el histórico entrenador Ignacio Beristáin en su esquina, Rey lució desdibujado y con escasas ideas para tratar de neutralizar la movilidad de Foster, que hizo su boxeo al entrar y salir por piernas, siendo efectivo en su golpeo, terminando el mexicano con el rostro bastante lastimado.
Foster inició muy rápido de manos y piernas, sorprendiendo al mexicano con su estilo, ante un Rey que intentaba trabajar con su largo jab de izquierda.
En el tercer asalto, Vargas comenzó a sangrar de la ceja izquierda debido a un cabezazo accidental.
El mexicano trataba de organizar sus combinaciones con el jab, pero ante la velocidad de su rival, poco podía conectar, teniendo que ir a buscarlo y tratar de ganar la posición ofensiva.
En el quinto asalto, Foster buscó la pelea en corto soltando varios impactos al rostro del mexicano, que trataba de meter sus golpes, pero sin el éxito deseado.
La defensa activa de Foster era una de sus principales cualidades en el ring, complicándole en todo momento a su rival, que aunque tiraba, muchos de sus golpes quedaban en el aire.
