1. Ayuda contra el cáncer
Hay creencias de que los vegetales Allium, especialmente el ajo y la cebolla, pueden influir en cada una de las etapas de formación del cáncer y afectar muchos de los procesos biológicos que modifican el riesgo de desarrollarlo.
De acuerdo con el NIH National Cancer Institute, diversos estudios muestran una asociación entre el aumento del consumo de ajo y la prevención de ciertos tipos de cáncer como:
- Cáncer de estómago
- Cáncer de colon
- Cáncer de esófago
- Cáncer de páncreas
- Cáncer de mama
El efecto anticancerígeno del ajo puede deberse a sus propiedades antibacterianas y su capacidad para bloquear la formación de sustancias cancerígenas, mejorar la reparación del ADN y reducir la proliferación celular.
2. Ayuda a prevenir el Alzheimer
Los científicos han señalado que el consumo diario de ajo puede tener muchos beneficios para prevenir el Alzheimer. Su contenido de antioxidantes ayuda a activar los mecanismos que protegen contra el daño oxidativo en el cerebro, una causa importante que conduce al desarrollo de estas enfermedades cognitivas.
3. Fortalece el sistema inmune
Diferentes investigaciones han encontrado que el consumo de ajo ayuda a elevar el número de células inmunes en el cuerpo y, por tanto, la inmunidad. Así mismo, se sabe que el ajo contiene fito-nutrientes y antioxidantes que son esenciales para la eliminación de toxinas y radicales libres, de ahí que ayude a evitar enfermedades y mutaciones en el ADN.
4. Previene las enfermedades del corazón
Hay diferentes investigaciones que aconsejan consumir el ajo de forma regular para prevenir y combatir diferentes enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluyendo la aterosclerosis, la hiperlipidemia, la trombosis, la hipertensión y la diabetes. Se ha observado que gracias a su efecto antioxidante y antiinflamatorio el ajo previene y ayuda a frenar el avance de dichas condiciones.
5. Regula los niveles de presión alta
Un estudio realizado en personas bajo tratamiento médico para la hipertensión no controlada encontró que la administración de extracto de ajo envejecido como tratamiento complementario era capaz de disminuir la presión sanguínea en un promedio de 10 puntos.
