La radiofrecuencia es el tratamiento estético que tienes que tener en la mira, ya que después de algunas sesiones, la piel de tu cara y cuerpo lucirá más firme, lisa y hermosa, pues la tecnología que emplea este método es capaz de llegar a las capas más profundas de la tez para lograr resultados eficaces y duraderos, sin necesidad de dañar la epidermis.
¿Qué es la radiofrecuencia? La radiofrecuencia es una técnica utilizada en la medicina estética que consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas sobre la piel, la cual provoca un calentamiento (controlado) de las diferentes capas de la dermis, lo que produce la formación de un nuevo colágeno para lograr la renovación de nuevas fibras y así tensar el tejido para crear firmeza y elasticidad. Es debido a este efecto que este tratamiento es muy eficaz para combatir la celulitis y la flacidez corporal. Es un procedimiento seguro, pero está contraindicado en casos de embarazo y lactancia, prótesis metálicas, marcapasos, implantes recientes de colágeno, personas que sufren de patologías cardiovasculares graves, alteraciones de la coagulación, enfermedades neuromusculares y sobrepeso.
¿Cómo se aplica la radiofrecuencia? Se coloca un cabezal de radiofrecuencia en la zona que se desea tratar, y con movimientos se comienzan a dar descargas electromagnéticas para generar calor en la piel. La duración del tratamiento dependerá del grado de flacidez, celulitis y arrugas que se quieran combatir, pero normalmente tarda de 30 minutos a una hora. Aplicar calor en las capas más profundas de la piel produce beneficios como la formación y reestructuración de nuevo colágeno, lo que provoca que el tejido adquiera firmeza y elasticidad; favorece la circulación sanguínea; ayuda al drenaje linfático con el que disminuyen los líquidos y las toxinas que residen en el tejido que sufre la celulitis; finalmente, al lograr la formación de nuevas fibras que sustituyan a las envejecidas, proporciona una piel más tersa y sin arrugas.
