¿Conoces a alguna persona que trabaje en una farmacia o que se dedique a la investigación farmacéutica? Aprovecha para felicitarlo, pues hoy, 25 de septiembre es del Día Mundial del Farmacéutico; un día instituido oficialmente desde hace 10 años.
El Día Mundial del Farmacéutico fue designado por la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), como una fecha para conmemorar el esfuerzo y trabajo de las personas involucradas en la industria farmacéutica.
En este día se celebra a todas las personas involucradas en la industria farmacéutica: desde los farmacéuticos que distribuyen los fármacos hasta los científicos farmacéuticos encargados de investigar y desarrollar nuevos productos que mejoren la calidad de vida de las personas y de los animales.
La Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP), una organización no gubernamental que representa a más de cuatro millones de farmacéuticos en todo el mundo, desempeña un papel fundamental en la promoción y apoyo de la profesión farmacéutica.
Fundada el 25 de septiembre de 1912 en La Haya, Países Bajos, la FIP ha trabajado en estrecha colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversos gobiernos para ofrecer experiencia técnica y ejecutar proyectos conjuntos que avanzan en el campo de las ciencias farmacéuticas, la educación y la práctica farmacéutica.
Este año, la celebración del Día Mundial del Farmacéutico se centra en el lema "Fortaleciendo los sistemas sanitarios con los farmacéuticos". Esto resalta la importancia de los farmacéuticos en la mejora y fortalecimiento de los sistemas de atención médica a nivel nacional. Su conocimiento y experiencia contribuyen significativamente a la calidad y eficiencia de la atención médica.
Además de su papel en la salud humana, los farmacéuticos también están desempeñando un papel fundamental en la sostenibilidad ambiental.
La relación entre la salud y el medio ambiente es innegable, y los sistemas de atención médica contribuyen en gran medida a las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, se estima que los sistemas de atención médica son responsables del 4,4% de las emisiones totales de estos gases, que tienen efectos perjudiciales para la salud.
En este contexto, el sector farmacéutico está demostrando un compromiso sólido con la sostenibilidad ambiental.
Un ejemplo de esto es la colaboración activa en SIGRE, un programa que aborda los aspectos ambientales relacionados con el ciclo de vida de los medicamentos y sus envases. Las compañías farmacéuticas financian y promueven medidas de ecodiseño en los envases de medicamentos, lo que ha llevado a mejoras significativas en su impacto ambiental.
Además, los farmacéuticos tienen un papel clave al asesorar y animar a los ciudadanos a depositar los envases vacíos o con restos de medicamentos en los Puntos SIGRE ubicados en las farmacias. Esto establece un vínculo esencial entre la comunidad y la gestión responsable de los residuos farmacéuticos.
En más de dos décadas de existencia, SIGRE ha logrado reducir el peso de los envases farmacéuticos en más del 25%. Esto se traduce en la preservación de recursos naturales, como la prevención de la tala de árboles y el ahorro significativo de agua y energía. Además, ha contribuido a reducir las emisiones de CO2 y la dependencia del petróleo, lo que apoya la lucha contra el cambio climático y la reducción de la contaminación del aire.
