¿Qué quieren decir los ruidos estomacales?
AGENCIAS / EL TIEMPOUn cinturón que se coloca alrededor del estómago y que escucha los sonidos característicos del síndrome del intestino irritable (SII) podría facilitar la detección de la enfermedad, famosa por ser escurridiza.
"El SII es difícil de diagnosticar porque afecta a la función del intestino, en lugar de causar un cambio físico obvio", explicó el investigador principal del estudio, Barry Marshall, profesor y director del Centro Marshall de Investigación y Entrenamiento en Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Australia Occidental.
Con frecuencia, los médicos se ven obligados a utilizar cuestionarios largos o poco fiables que buscan los síntomas, o unas colonoscopias invasivas. Los síntomas del SII pueden incluir dolor estomacal, hinchazón, y diarrea y/o estreñimiento.
"Esos [métodos] son costosos, incómodos y conllevan riesgos", dijo Marshall, "y de cualquier forma no ofrecen un diagnóstico positivo del SII. Los pacientes se quedan confundidos y sienten que el médico no los toma en serio".
El cinturón acústico busca cambiar esa situación.
"Cuando nos encontramos con un paciente con un SII posible, [los médicos] deben primero evaluar las señales de alerta de enfermedades físicas", anotó Marshall. "Entonces indicarles que usen nuestro cinturón. Un resultado positivo con el cinturón les daría confianza en un diagnóstico de SII, de forma que tanto el médico como los pacientes puedan comenzar el tratamiento".
Mientras tanto, se podrían utilizar análisis sanguíneos adicionales para descartar otros posibles problemas.
Las evaluaciones iniciales de "prueba de concepto" indican que "es posible diferenciar entre los pacientes con SII y las personas con unos intestinos sanos con una precisión del 87 por ciento", señaló Marshall.
En 2005, Marshall ganó el Premio Nobel por sus innovadores esfuerzos al descubrir una bacteria culpable tanto de las úlceras estomacales como del cáncer de estómago.
Desafiando la creencia que existió durante años de que las úlceras eran causadas por el estrés, Marshall se propuso probar lo contrario en los años 80. En lugar de experimentar con los demás, convirtió su propio cuerpo en un laboratorio, tragando un líquido que contenía una bacteria en forma de sacacorchos llamada Helicobacter pylori. Como había anticipado, enfermó.
La más reciente investigación de Marshall se centra en el SII, que según los estimados afecta a más o menos un 11 por ciento de todos los hombres y mujeres.
Su equipo anotó que la tecnología utilizada por el cinturón acústico se diseñó inicialmente para rastrear los sonidos de masticación que emitían las termitas.
En el estudio, el cinturón se evaluó en individuos sanos y en pacientes ya diagnosticados con el SII.
Los participantes utilizaron los cinturones durante unas dos horas después de ayunar, y una vez más durante más o menos 40 minutos tras comer.
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