La creciente tendencia de personas que optan por emigrar, ya sea en busca de oportunidades laborales o de una calidad de vida mejor, destaca como un fenómeno social en constante evolución.
Este cambio radical en la vida, aunque a menudo promisorio, no está exento de desafíos significativos. La travesía de la emigración es un sendero que se revela difícil, y su impacto varía considerablemente de una persona a otra.
La decisión de dejar atrás la tierra natal y aventurarse en lo desconocido no solo conlleva experiencias enriquecedoras, sino que también puede dejar cicatrices emocionales. Surge así el síndrome de Ulises, una manifestación de las complejidades psicológicas que acompañan a la vida de aquellos que han emigrado.
Este cuadro psicológico puede ser conocido como el síndrome del inmigrante que padece de estrés crónico y múltiple. Se puede observar en personas que tienen un malestar emocional causado por dejar toda su vida en el pasado en situaciones extremas.
El origen del término "síndrome de Ulises"
El término "Síndrome de Ulises" fue acuñado por el psiquiatra español Joseba Achotegui en 2002. Este síndrome se caracteriza por el estrés crónico y múltiple experimentado por personas que emigran.
Achotegui lo llamó así tomando como referencia al héroe mitológico Ulises descrito en la Odisea. Ulises enfrentó adversidades, vivió una vida compleja y se vio inmerso en situaciones extremas que le hicieron sufrir considerablemente.
En España, este síndrome afecta a más de 800 mil familias, y el objetivo de Achotegui al nombrarlo fue hacerlo visible para concienciar a los profesionales de la salud y mejorar la atención de las personas que lo padecen.
Causas del síndrome de Ulises
Las causas del Síndrome de Ulises derivan en un cuadro de estrés severo. Este estrés se origina en el choque cultural y socioeconómico que experimenta una persona al cambiar por completo su vida.
Otras razones incluyen la nostalgia por la familia y la vida en su país natal, así como la sensación de vulnerabilidad en un país extranjero. La necesidad de adaptarse a una nueva realidad, dejando atrás el pasado y la vida en su país natal, agrega presión a esta búsqueda de una nueva identidad en un lugar completamente distinto.
Síntomas del síndrome de Ulises
Los síntomas del síndrome de Ulises pueden clasificarse en psicológicos y físicos, pero varían de persona a persona y pueden manifestarse de diferentes maneras.
Síntomas Psicológicos: Este grupo de síntomas incluye la nostalgia y la tristeza que provienen del cambio de país y la separación de su entorno familiar. También surge la soledad y el aislamiento social debido al desarraigo de los vínculos cercanos.
Síntomas Físicos: La mayoría de las personas con el síndrome de Ulises experimentan irritabilidad, nerviosismo, dolores de cabeza, cansancio, insomnio, dolores corporales, miedo y, en algunos casos, pérdida de apetito. En casos extremos, estos síntomas pueden intensificarse y llevar a un posible cuadro depresivo.
Personas en riesgo de padecer el síndrome de Ulises
Por lo general, este síndrome afecta a personas que están pasando por un duelo migratorio, y es más complejo que el simple desarraigo de la familia. Aquellas personas que se han visto forzadas a abandonar su país debido a conflictos bélicos, crisis humanitarias o situaciones políticas inestables son más vulnerables a desarrollar el síndrome de Ulises. Además, aquellos que tienen poco apoyo social en su nuevo país de residencia también corren un mayor riesgo.
Prevención y afrontamiento del síndrome de Ulises
El acompañamiento psicológico desempeña un papel vital en la prevención y el tratamiento de este síndrome. Ayuda a las personas a expresar sus emociones y a desarrollar estrategias de afrontamiento para situaciones difíciles, lo que facilita su adaptación a la nueva vida.
Otra alternativa importante es la creación de nuevos círculos de amistades, la participación en actividades que refuercen la autoestima y el establecimiento de objetivos de desarrollo profesional y personal.
Duración del síndrome de Ulises
El diagnóstico del síndrome de Ulises se establece cuando los síntomas persisten durante más de tres meses. Al principio, es común sentirse mal al cambiar por completo de vida y cultura.
Sin embargo, los casos diagnosticados que se tratan a tiempo con apoyo psicológico y actividades para aliviar el estrés tienden a mejorar con el tiempo, a medida que la persona se adapta y encuentra una mayor estabilidad. En casos no diagnosticados ni tratados, este síndrome puede derivar en problemas más graves de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
