Investigadores construyeron la "perfumería más grande del mundo para mosquitos" para probar por qué algunas personas son devoradas mientras otras no lo son.
Para desentrañar la antigua pregunta de por qué los mosquitos se comen vivas a algunas personas pero perdonan a otras, los científicos construyeron una gran arena al aire libre en Zambia y enviaron los olores de media docena de personas durmiendo en tiendas cercanas. Descubrieron que los mosquitos portadores de malaria, como los que transmiten la fiebre amarilla, se sienten atraídos por ciertas sustancias químicas presentes en la piel de las personas.
También identificaron a un individuo afortunado cuyo distintivo olor corporal parecía ser relativamente poco apetecible, abriendo así una nueva vía en la búsqueda de formas para evitar las picaduras.
A corta distancia, los mosquitos utilizan señales visuales y el calor corporal para buscar a su presa. Pero cuando están fuera del rango visual, que puede ser a varias decenas de pies de distancia, se cree que rastrean el dióxido de carbono y otras sustancias químicas presentes en el olor corporal y el aliento. La mezcla precisa que resulta más atractiva para los mosquitos sigue siendo un área de investigación activa.
Los experimentos con mosquitos suelen llevarse a cabo en cajas relativamente pequeñas o en túneles de viento sin la cacofonía aromática del entorno real. Pero tales experimentos tienden a imitar la toma de decisiones de los mosquitos a corta distancia. Por lo tanto, los científicos construyeron una enorme nueva arena para llegar al origen de los instintos de búsqueda de los mosquitos hacia los humanos en la naturaleza.
¿Cómo eligen los mosquitos a sus objetivos?
Los mosquitos son los depredadores más mortales de los humanos, portando enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue, que matan a más de medio millón de personas cada año.
Anopheles gambiae, una de las especies que transmite la malaria, es una cazadora especialmente amenazante. Existen diferentes estimaciones sobre cuánto vuelan los mosquitos, pero tienden a cubrir menos de medio kilómetro al día, según un estudio realizado en África Occidental.
Para descubrir cómo estos mosquitos acechan a sus víctimas mientras duermen, los científicos construyeron un escenario de prueba al aire libre que tiene aproximadamente el tamaño de dos canchas de tenis, o 2.000 veces el tamaño de un típico laboratorio. Permitieron que los mosquitos se adaptaran a su laboratorio al aire libre. Luego, los investigadores hicieron todo lo posible para crear el ambiente adecuado.
En estaciones dispersas alrededor del escenario, conductos de aire acondicionado llevaban el aroma de diferentes personas durmiendo en tiendas cercanas. En cada estación, los aromas transmitidos impregnaban placas calientes calentadas a la temperatura corporal humana, junto con ráfagas de dióxido de carbono.
Con una cámara infrarroja, los científicos observaron qué placas calientes se convirtieron en discotecas para los mosquitos. Descubrieron que el calor y el dióxido de carbono no eran suficientes para atraer a los insectos sin el elemento adicional del olor corporal humano.
El estudio encontró que los mosquitos estaban especialmente sintonizados con las secreciones oleosas que hidratan la piel y la protegen de los microbios. Los compuestos químicos llamados ácidos carboxílicos son un fuerte atractivo, tanto en el nuevo estudio como en el trabajo de Vosshall con Aedes aegypti.
Sin embargo, los investigadores encontraron que un individuo en el nuevo estudio era relativamente poco atractivo. Su aroma característico incluía una cantidad inusualmente baja de ácidos carboxílicos y altos niveles de eucaliptol, una sustancia presente en muchas plantas, lo que sugiere la posibilidad de que la dieta pueda desempeñar un papel, según McMeniman.
¿Qué sigue para los investigadores de mosquitos?
Ahora que los investigadores han demostrado que su arena de pruebas funciona, están planeando un experimento mucho más grande en el que enfrentarán a 120 personas durmiendo entre sí en rondas de competencia de opción múltiple, para descubrir quiénes son irresistibles para los mosquitos y quiénes no lo son.
Esperan descifrar qué combinación de químicos hace que una persona sea más o menos atractiva que otras. También estudiarán en qué medida factores como la dieta o los microorganismos en la piel de las personas, el microbioma cutáneo, influyen en su atractivo. McMeniman también sueña con construir una instalación similar en Estados Unidos para probar otras especies de mosquitos que transmiten enfermedades y arruinan las barbacoas en el patio trasero.
La información obtenida de tales experimentos podría conducir a nuevas formas de repeler a los mosquitos, tal vez encontrando maneras de alterar o enmascarar la química de la piel, haciéndolas menos atractivas.
Pero la búsqueda de una explicación sobre por qué los mosquitos prefieren a algunos humanos por encima de otros probablemente desafiará una respuesta simple. Experimentos anteriores encontraron que las mujeres embarazadas son más propensas a atraer a los mosquitos. Beber alcohol atrae a los mosquitos. El uso de ciertos tipos de jabón, incluso aquellos que dejan un olor dominado por una sustancia química conocida por repeler a los mosquitos, paradójicamente aumenta la atracción de las personas hacia los mosquitos.
