Un exhaustivo estudio a nivel mundial, liderado por la Universidad de Yale y con la colaboración destacada de la investigadora Dora Koller de la Universidad de Barcelona, ha revelado datos alarmantes sobre la adicción al cannabis.
La investigación, publicada en la revista Nature Genetics el pasado lunes, ha analizado información de más de un millón de pacientes en cuatro continentes, destacando una predisposición genética hacia la adicción al cannabis y vinculándola con un mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
El profesor de Genética en la Universidad de Yale, Joel Gelernter, uno de los autores del estudio, subraya la importancia de comprender los riesgos asociados a la adicción al cannabis, especialmente en un contexto de creciente permisividad en torno a su consumo.
La investigación se propone no solo identificar estas conexiones genéticas, sino también abrir la puerta al desarrollo de farmacoterapias que aborden este trastorno.
Entre las consecuencias conocidas de la adicción a la marihuana se encuentran el deterioro de la función cognitiva, la disminución de la productividad y el riesgo de accidentes en estado de embriaguez. Sin embargo, este estudio va más allá al revelar vínculos genéticos entre el trastorno por consumo de cannabis, el inicio del tabaquismo, la dependencia del alcohol y, sorprendentemente, el riesgo de cáncer de pulmón.
El análisis genético a gran escala incluyó a más de un millón de individuos de distintas partes del mundo, revelando cientos de variantes de riesgo en 22 localizaciones cromosómicas diferentes. Además, se encontró una relación genética entre el consumo de cannabis y la esquizofrenia.
A pesar de la necesidad de investigaciones adicionales para establecer relaciones causales definitivas, los resultados plantean implicaciones significativas para la salud pública.
Daniel Levey, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Yale, destaca que este estudio no solo ayuda a comprender la biología del trastorno por consumo de cannabis, sino que también proporciona herramientas valiosas para entender su relación genética y biológica con otros trastornos. Este avance podría allanar el camino para la personalización de la predicción del riesgo de adicción al cannabis y su tratamiento en el futuro.
