La hipertensión, también conocida como "el asesino silencioso", se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo de mortalidad en todo el mundo, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con una prevalencia alarmante, afectando a uno de cada tres adultos a nivel global, esta enfermedad puede tener consecuencias devastadoras, incluyendo accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca y daño renal.
En Estados Unidos, la situación es particularmente preocupante, con un 32% de las personas de entre 30 y 79 años afectadas por la hipertensión, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, el informe de la OMS destaca que para 2040 se podrían evitar al menos 1,2 millones de muertes en el país si se implementan medidas eficaces para controlar esta enfermedad.
El director de la OMS, Adhanom Ghebreyesus, hizo hincapié en la importancia de un tratamiento adecuado y accesible para la hipertensión. Actualmente, solo una de cada cinco personas con hipertensión ha logrado controlarla, lo que resalta la urgencia de abordar esta cuestión de manera efectiva.
El informe también destaca ejemplos exitosos de países como Canadá y Corea del Sur, que han implementado programas nacionales integrales de tratamiento de la hipertensión, logrando tasas de control de presión arterial superiores al 50% en adultos con esta condición. Según la OMS, si otros países de alto desempeño adoptaran estrategias similares, podrían evitarse 76 millones de muertes entre 2023 y 2030.
Las medidas preventivas desempeñan un papel crucial en el control de la hipertensión. Estas incluyen llevar una dieta saludable, evitar el consumo de alcohol y tabaco, hacer ejercicio regularmente y mantener un peso saludable. Además, se enfatiza la importancia de implementar estas estrategias en entornos como escuelas y lugares de trabajo para promover estilos de vida más saludables.
Un aspecto destacado del informe es la atención a la ingesta de sodio, ya que el consumo excesivo de sal está relacionado con la hipertensión. La OMS recomienda una ingesta diaria de menos de 2,000 miligramos de sodio, mientras que los CDC establecen una ingesta máxima de 2,300 miligramos al día. Lamentablemente, muchos ciudadanos estadounidenses consumen más de 3,400 mg de sodio al día, en su mayoría proveniente de alimentos procesados y restaurantes.
Para abordar este problema, las autoridades estadounidenses han implementado políticas y alertas en alimentos preenvasados. Sin embargo, un informe reciente revela que solo el 5% de los países ha implementado políticas integrales de reducción de sodio, a pesar de compromisos previos para reducir la ingesta en un 30% para 2025.
