Los menores hijos de migrantes se enfrentan a los riesgos de transitar cientos de kilómetros hasta llegar a la frontera para cruzar a Estados Unidos.
En medio de los numerosos grupos de migrantes que continúan llegando a la ciudad con el único propósito de alcanzar lo que consideran el sueño americano, muchos niños se suman a estas travesías sin comprender completamente por qué deben huir hacia otro país, lejos de su lugar de nacimiento.
A una edad temprana, enfrentan innumerables riesgos y peligros. Para un adulto, enfrentar estos desafíos es complejo, y más aún para los pequeños que solo conocen jugar, soñar y no entienden por qué deben caminar durante días, enfrentando hambre, frío y cansancio.
Menores recorren cientos de kilómetros. El Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño, ha detallado que, durante sus recorridos por los distintos municipios de la región carbonífera y al visitar parroquias en ese punto, se ha encontrado con menores que caminan por la carretera con sus padres o que pernoctan a la orilla de la misma, ya que es donde cae la noche. Algunos van en carriolas, y también hay mujeres, exponiéndose a problemas muy serios.
Se necesita más ayuda de la sociedad. Afortunadamente, han surgido muchas personas de la sociedad civil que se han sumado para ayudar a todas estas personas. Ellas relatan las difíciles situaciones que atraviesan y a las que exponen a los menores. Se requiere unir esfuerzos y buscar soluciones, ya que la situación es grave y demanda una respuesta de toda la sociedad, especificó el prelado.
Calidad. La violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niñas, niños y adolescentes en Latinoamérica, particularmente en México y algunos países de Centroamérica. Esto los obliga a tomar la difícil decisión de abandonar sus países. En muchos casos, los niños transitan solos por México hacia la frontera con Estados Unidos para reunirse con sus familiares que viven allí.
