Familias fueron avistadas en varios puntos de la ciudad.
A pesar de las gélidas temperaturas que marcaron la madrugada del miércoles, un contingente considerable de migrantes llegó a Piedras Negras, buscando cruzar hacia los Estados Unidos de manera ilegal.
El grupo de casi 200 migrantes fue divisado en las cercanías del puente de Villa de Fuente; posteriormente, se desplazó hacia las vías ferroviarias y finalmente se acercó a las aguas del río Bravo, situándose en las proximidades de la colonia Morelos.
Consecuencias. Este flujo constante de personas, mayormente originarias de Venezuela y Honduras, refleja la persistente búsqueda del sueño americano en territorio estadounidense. Sin embargo, esta travesía no está exenta de consecuencias trágicas, siendo una de las más preocupantes las muertes por ahogamiento. En este contexto fronterizo específico, se han documentado lamentablemente 47 fallecimientos por esta causa. Dicha cifra subraya la gravedad de los riesgos que enfrentan aquellos que eligen la migración irregular, llamando a una reflexión más profunda sobre las medidas necesarias para abordar esta compleja realidad humanitaria.
Las autoridades locales y organizaciones de derechos humanos siguen monitoreando de cerca la situación para entender y abordar de manera integral los desafíos y peligros asociados con esta migración. La odisea de los migrantes se ve marcada por una serie de peligros desde el momento en que toman la decisión de abandonar su país de origen. Desde la incertidumbre económica hasta las dificultades logísticas, cada paso presenta desafíos significativos. No obstante, al llegar a la frontera, uno de los peligros más apremiantes que enfrentan es la travesía del río Bravo. Este cuerpo de agua se convierte en una barrera formidable, donde las corrientes impredecibles y las condiciones peligrosas del cruce plantean riesgos significativos para la seguridad de los migrantes. La desesperación de alcanzar una vida mejor a menudo impulsa a muchos a afrontar este desafío formidable.
