Nadie le quita, por ahora, la etiqueta de contendientes a los Cowboys

Nadie le quita, por ahora, la etiqueta de contendientes a los Cowboys
José Luis Adriano / El Tiempo de Monclova

Los Cowboys dominaron de principio a fin, y sin intermedios, a los Eagles para anotarse su victoria más importante de la campaña

"Estos son los partidos que hay que ganar".

Esa es la frase consentida de los críticos de Dak Prescott y los Dallas Cowboys, cada vez que pierden. No importa el rival, no importa la instancia. Siempre se recurre a la misma observación.

El problema es que no sabemos cuáles son los partidos que, de acuerdo a esa lógica, tiene que ganar pero sí gana, porque en noches como la de hoy, se suelen escuchar solamente grillos.

Los Cowboys dominaron de principio a fin, sin intermedios, a los Philadelphia Eagles para anotarse su victoria más importante de la campaña, al momento.

Con el triunfo, Dallas está ahora empatado con Philadelphia al tope de la NFC Este, más vivo que nunca en la búsqueda por un juego de local en postemporada, objetivo que hace apenas menos de un mes parecía imposible, particularmente después de que los Eagles vencieran con claridad a los Kansas City Chiefs en la Semana 11 y Buffalo Bills en la Semana 12, saliendo de su fecha de descanso.

Por supuesto, la victoria de esta noche fue mucho más que Prescott. Por ejemplo, el pateador de lugar, Brandon Aubrey, se despachó con cuatro goles de campo de cuatro intentos y tres puntos extra de tres intentos, incluyendo patadas desde 60 yardas, 59 yardas, y 50 yardas.

¿Cuán valiosa puede ser esa pierna en la postemporada, si mantiene su precisión?

La defensiva de Dallas, que comenzó tan dominante la temporada, había resentido un poco el desgaste en semanas recientes. Esta noche, no fue así. Stephon Gilmore firmó jugada grande tras jugada grande, y los siete frontales hicieron un trabajo destacado al limitar a Jalen Hurts a apenas 30 acarreos en cinco acarreos, borrando esa parte de la ecuación.

Como equipo, Dallas recuperó tres balones sueltos --de HurtsDeVonta Smith y A.J. Brown, ni más ni menos-- y lograron marcar tres golpes sobre el quarterback, además de una captura.

Pero, como no puede ser de otra manera cuando se juega la posición más importante del deporte portando un casco con una estrella solitaria, el enorme peso de las expectativas, y la responsabilidad cuando se pierde, pesa sobre los hombros de Prescott. Y, por lo tanto, en noches como hoy, es cuando debe llevarse la mayor parte del crédito; cuando los críticos esperan cualquier mínimo resbalón --como su balón suelto, devuelto para touchdown por parte del novato Jalen Carter en una jugada en la que Fletcher Cox hizo a un lado al All-Pro Zack Martin como muñeco de trapo-- para poder lanzar de nuevo el infalible: "Estos son los partidos que hay que ganar".

Hay áreas en las que Dallas necesita laborar, todavía. Tony Pollard está lejos de ser el explosivo elemento de recambio que aprovechaba el desgaste que ocasionaba Ezekiel Elliott a los rivales, quedando de manifiesto que el rol de RB1 no es para cualquiera. Las 3.8 yardas por acarreo para los corredores de los Cowboys esta noche, Pollard y Rico Dowdle, suenan a muy poco para un club con altas aspiraciones.

También, ha espacio para mejorar la gestión de los tiempos por pedir, algo que no siempre se le ha facilitado a Mike McCarthy. Mejorar en la comunicación durante el mando de jugadas ayudaría bastante en este rubro.

Finalmente, Dallas sigue cometiendo penalidades costosas que, en otras instancias, podrían sentenciarlos a mirar, desde casa, el Super Bowl.

Pero, esta noche, se vale celebrar, porque los Cowboys superaron a oponente más importante de la temporada, cinco jornadas después de verse superados por estos mismos Eagles. Desde entonces, Dallas no ha perdido y, cada vez luce mejor. Durante esta racha de cinco victorias al hilo, todos los triunfos han llegado por doble dígito, exceptuando el compromiso ante Seattle Seahawks de la jornada previa. En tres de esos juegos han superado los 40 puntos, y en los otros dos, las 30 unidades.

Restan cuatro partidos, los primeros tres ante equipos con etiqueta de contendientes de postemporada. Si Dallas resuelve bien lo que les depara la recta final, podrán presumir, sin reparo alguna, etiqueta de contendiente a ganarlo todo.

Y, si eso sucede, quedarán entonces los San Francisco 49ers como mayor y más formidable obstáculo a un nuevo Trofeo Vince Lombardi.

Allí sí valdrá, en aquella instancia, lo de "Estos son los partidos que hay que ganar".

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