La espera mantiene en vilo a la familia del joven de 23 años, esperan que regrese con vida.
“Él no quería ir, pero se arriesgó porque había motivado a nuestro primo Joshua y ya no se pudo echar para atrás, tal vez si le hubiera hecho caso a su corazón”, dijo Miranda Jinés Villarreal, hermana de Irving uno de los jóvenes que aún no ha sido localizado y que desapareció en el camino que lo llevaría a los Estados Unidos, en busca de una mejor calidad de vida.
La situación que ronda este hecho, deja en puerta muchas hipótesis de lo que pasó y de lo que pudo haber pasado. El pasado miércoles 9 de agosto, Irving salió de su casa en Cuatro Ciénegas a las cinco de la tarde, hicieron menos de una hora a Ocampo, ahí llegaron por Joshua quien les brindó un vaso de agua y descansaron algunos minutos para después retomar el camino, llegaron a Jaboncillos; todo esto a bordo de una patrulla municipal porque la “oferta” era que se pagaban 7 mil dólares, (120 mil pesos aproximadamente).
Se quedaron a dormir esa noche en Jaboncillos, que fue hasta donde llegó la patrulla que los llevaba, porque aseguran que el “pollero” ya no quiso pagarles más.
“Los que ya están deportados se contradicen mucho y eso es lo que nos hace pensar en que muchas cosas podrían haber pasado, Jonatán, Dante, Luis y Joshua son los que ya regresaron, nos dicen la misma versión que fueron por agua para darle a Irving y Diego que son los que se habían quedado a medio camino porque supuestamente les había dado un golpe de calor, unos dicen que sí los vieron sin vida y otros que el pollero les dijo que ya no se regresaran porque ya estaban muertos”.
Señalan que cuando los dejaron no estaba ni siquiera inconscientes, solo cansados, “dicen que caminaron nueve horas para conseguirles agua, y luego se regresaron y solo hicieron cuatro horas y se topan con un pollero que les dice que ni se regresen porque ya no tienen vida”.
La familia se aferra a la idea de que están con vida, porque hay cuatro niños que lo esperan con ansias, sus hijos y su esposa, “a él lo orilló irse a Estados Unidos porque quería darle una mejor vida a su familia, porque aquí no hay trabajo”.
Los “polleros” eran amigos de Irving. José Lomas Cepeda, alías “Negrín” quien vive a dos cuadras de su casa era uno de los polleros, “él le decía vámonos yo te ayudo, pero otra cosa de las raras es que solo a él y a Joshua nuestro primo les pidió que no se llevaran celular, los doce restantes sí iban con aparato móvil, el celular que Irving dejó está descompuesto por eso no pueden sacar información.
