Trine 5 incluso está más comprometido con su mundo que Trine 4.
Aunque hubo un intervalo entre Trine 2 y Trine 4: The Nightmare Prince, llamado Trine 3, la serie comparte una interesante similitud con FIFA y otros juegos deportivos de lanzamiento anual: cada entrega es casi idéntica a la anterior, con pequeñas modificaciones y mejoras en la jugabilidad que dan la sensación de progresión en la franquicia, pero sin cambios drásticos.
Durante 14 años, los desarrolladores han seguido apostando por la misma fórmula. Lo asombroso es que los creadores finlandeses poseen una habilidad envidiable y una destreza excepcional, como la de un cirujano, para evitar que esta falta de audacia —a excepción de Trine 3, el título más innovador y menos apreciado— no se convierta en una carga abrumadora. Trine 5 es excelente, verdaderamente sobresaliente, tanto para los seguidores incondicionales de la saga que han seguido cada lanzamiento, como para los recién llegados y aquellos que han probado los títulos anteriores por mera curiosidad o de manera ocasional.
Trine 5:A Clockwork Conspiracy, es una odisea protagonizada por marginados que aspiran a restaurar la gloria de los Guerreros de Trine. Aunque es cierto que se pueden anticipar los giros de la trama, ese nunca ha sido el punto fuerte de Trine. Su verdadera fortaleza radica en su encanto y en el ingenioso diseño de niveles. Trine 5 es sumamente conservador. Nos presenta mapas lineales con rutas únicas y algunos secretos que requieren exploración vertical. Además, se presenta en un formato de capítulos, donde cada uno de los tres personajes tiene su propia introducción a la historia antes de sumergirnos en la trama principal. En total, la historia lleva alrededor de 13 horas de juego. Pero no interpreten mis palabras como falta de interés, los finlandeses han vuelto a dar en el blanco.
Este juego ofrece lo que uno esperaría de la franquicia: diversión muy bien ejecutada. Sin embargo, no es una copia exacta. Entre las novedades de esta entrega se encuentran caminos paralelos donde uno de los tres héroes emprende una breve aventura en solitario. Estas secciones no solo mantienen el nivel de calidad en comparación con el segmento principal de la narrativa, a pesar de su simplicidad y falta de desafíos, sino que también justifican su presencia, ya que al final del camino se obtiene un nuevo conjunto de armas o habilidades para el personaje que lo ha recorrido. En cuanto a los personajes, no hay mucho espacio para la innovación. Zoya sigue siendo la arquera del equipo, encargada de crear rutas con sus cuerdas para conectar puntos distantes; Pontius es el tanque, ideal para el combate y la destrucción de estructuras; Amadeus es el mago, capaz de mover objetos y crear plataformas. Estas características se mantienen constantes, pero las adiciones a las habilidades de cada personaje aportan frescura. Por ejemplo, Pontius puede lanzar su espada, clavarla en una pared y usarla para impulsarse —por cierto, después de esto regresa como el hacha Leviatán de Kratos—, una mecánica que se puede combinar con los conjuntos clásicos de otros personajes para aumentar las posibilidades de resolver rompecabezas.
En términos puramente jugables, Frozenbyte ha empleado el mismo enfoque mecánico que el mejor juego de Nintendo, aunque con un alcance, valentía e imaginación ligeramente menor. Quiero decir con esto que la relación entre el jugador y el entorno, con escenarios llenos de vida y diseñados para desafiar la creatividad del jugador al superar los puzzles predefinidos, es un ejemplo de artesanía y atención meticulosa.
Trine 5 cuenta con plataformas con puzles y combates dispersados a lo largo de la aventura, y en sí mismos, también son pequeños rompecabezas. Sin embargo, una vez más, el enfoque vuelve a lo clásico: el combate quizás sea la parte menos interesante del conjunto. No obstante, la física del mundo desempeña un papel crucial en todo. Una tubería rota que derrama agua y una hélice esperando a que alguien gire sus aspas para abrir la siguiente puerta se complementan, como era de esperar, con Pontius levantando su escudo para crear una bifurcación. En esta ocasión, no hay áreas creadas solo para aumentar la verticalidad o mantener ocupado al jugador, sino que todo fluye naturalmente a través de los escenarios, todo se adapta a la lógica del mundo, sin adiciones que no encajen con la estructura de sus ciudades, pueblos o bosques. Todo está bien diseñado y desafiante.
Puedes jugar Trine 5 con hasta 3 amigos o en solitario. Jugar en cooperativo implica que cada jugador elija a un héroe, o incluso que repitan personaje si optan por el modo libre. En solitario, juegas con todos los personajes y alternas su uso con un simple botón. Aunque es entretenido como siempre, no se aprovecha al máximo la experiencia. Eres tú quien debe organizarse según las necesidades del momento, pero hay algunos puzles o desafíos que, en modo individual, requieren más ingenio para combinar las habilidades de los personajes que trabajo en equipo.
A Clockwork Conspiracy es un juego visualmente hermoso, tanto en términos de diseño como de arte. Todo brilla con luz propia y, aun en los entornos urbanos donde los primeros juegos de Trine presentaban algunas dificultades, aquí se ha logrado una coherencia estética perfecta. Además, el estudio ha dotado a los personajes de vida a través de cinemáticas más elaboradas y con un mayor presupuesto. Ya no se trata de secuencias casi estáticas, con movimientos limitados, sino que ahora presentan una calidad digna de juegos AAA, lo cual encaja muy bien con la experiencia general y me hace preguntarme por qué no se adoptó esta aproximación antes. Además, las voces originales de los tres personajes están disponibles en español.
