Retrasar la siesta hace que la hora de dormir cada vez sea más tarde, creando una espiral de cansancio
Las siestas a media tarde, aunque sean necesarias, son un arma de doble filo. Dejarse agarrar por los dedos de Morfeo horas antes de irse a la cama para dar carpetazo a la jornada puede ser un momento de descanso revitalizante. Pero es muy probable que luego, cuando sea el momento de dormir, sea imposible conciliar el sueño.
Así que echarse una siesta puede no ser tan atractivo como parece, si la contraprestación es quedarse despierto hasta las tantas. No poderse dormir es muy frustrante, además de impedir un buen descanso, que a su vez hará que al día siguiente se necesite otra siesta.
Para salir de esta espiral, se deben de seguir unas recomendaciones para tratar de sacar todo el provecho al apagón cerebral de media tarde, pero sin interferir en el sueño por la noche.
- No duermas más de la cuenta:
Una de las claves del éxito de una siesta es el tiempo que se dedica a dormirla. Para la mayoría de las personas, la siesta ideal dura entre 10 y 20 minutos. Este tiempo es más que suficiente para para obtener los beneficios inmediatos de una siesta, como un subidón de energía, mejor estado de ánimo y mayor rendimiento cognitivo. Puede llegar hasta los 40 minutos como máximo, pero sobrepasar esta frontera es peligroso, ya que se estaría entrando en un sueño profundo.
Es muy común quererla alargar más de lo debido, pero esto solamente será peor, ya que te dejará muy aturdido una vez te levantes. Es decir, que no cumplirá su propósito de ser reparadora. Así que ten a mano un par de alarmas para despertarte a tiempo.
- Comer y dormir:
El momento de la siesta puede influir mucho en la capacidad de conciliar el sueño por la noche. Por eso también hay que escoger el mejor momento del día: a primera hora de la tarde, justo después de comer, cuando se entra en un periodo en el que la energía ya empieza a escasear. Así que, si tienes problemas para descansar por la noche, debes revisar las horas a las que descansas por la tarde y no esperar más allá de las 18:00 horas para poder echarte un sueñecito.
Si, por lo que sea, no se quiere dormir al poco rato después de comer, es muy probable que acabe alterando el ciclo del sueño. Teniendo esto en cuenta, se recomienda que la siesta termine al menos 3 horas antes de acostarse. Y aun así hay riesgo de no poder dormir.
- Tiene que hacerse en un lugar cómodo:
El entorno de la siesta es importante. Encontrar un lugar tranquilo, oscuro y cómodo para tumbarse a media tarde es crucial para dormir una buena siesta: en entorno cómodo para la siesta puede ayudar a relajarse y conciliar el sueño más rápidamente.
Además, si adquieres el hábito de dormir la siesta en el mismo sitio, entrenarás a tu cuerpo y a tu mente para que asocien ese lugar con el sueño, lo que facilitará que te quedes dormido más rápidamente. Por lo tanto, es buena idea tener un sitio que sea fijo.
- No fuerces la siesta:
Si quieres echarte una siesta, pero te has tumbado y no hay manera de dormirse, no te fuerces. Esto quiere decir que el cuerpo no está preparado para dormir en ese momento. En estos casos, forzarse a dormir la siesta puede llevar a la frustración y puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño por la noche.
