Las personas mayores con epilepsia que viven en vecindarios desfavorecidos con un nivel socioeconómico más bajo, menos oportunidades educativas y menos acceso a la atención médica tienen peor memoria, función ejecutiva y velocidad de procesamiento que aquellos que viven en áreas más prósperas, sugieren las primeras investigaciones.
Las personas mayores con epilepsia presentan múltiples comorbilidades, incluidas, por ejemplo, hipertensión y diabetes, y tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, dijo a Medscape Noticias Médicas la investigadora del estudio, Anny Reyes, Ph. D., de la University of California en San Diego, Estados Unidos.
Investigaciones anteriores han demostrado que la desventaja de los vecindarios está asociada con numerosos desenlaces adversos para la salud, incluido un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas.
"Ya sabemos que la epilepsia por sí sola aumenta los riesgos de demencia, y cuando a eso le sumamos las desventajas, aumenta el riesgo aún más", continuó Reyes.
Los neurólogos deberían preguntar a sus pacientes mayores con epilepsia, muchos de los cuales viven solos, sobre la inseguridad alimentaria y el acceso a los recursos "no solo dentro del sistema hospitalario sino también dentro de su comunidad", sugirió.
Los hallazgos se presentaron en el Congreso Anual de la American Epilepsy Society (AES) de 2023.
Medida indirecta de desventaja
La incidencia y prevalencia de la epilepsia aumenta con la edad. Los adultos mayores representan el segmento de personas con epilepsia de más rápido crecimiento, apuntó Reyes.
El nuevo estudio contó con 40 pacientes con epilepsia focal, con una edad promedio de 67 años, de tres áreas de Estados Unidos: San Diego, California; Madison, Wisconsin; y Cleveland, Ohio.
Los investigadores recopilaron información clínica y sociodemográfica, así como biomarcadores vasculares. También reunieron datos individuales, incluidos los ingresos, nivel educativo de los padres, detalles sobre la educación infantil, etc.
Utilizando las direcciones residenciales, los investigadores determinaron el valor del índice de privación del área (ADI) para los participantes del estudio. Este índice es una medida indirecta de la desventaja socioeconómica en el vecindario que captura factores como la pobreza, el empleo, la vivienda y las oportunidades educativas.
