A la FMF han llegado más expedientes de entrenadores que en los dos anteriores procesos mundialistas. No proceden de los mismísimos entrenadores, pero sí proceden de sus representantes. Claro, los técnicos debieron dar el visto bueno. La Selección Mexicana sigue siendo un platillo apetitoso, pero a veces sólo para algunos comensales advenedizos.
Cierto que a Juan Carlos Rodríguez le ungieron como ‘La Bomba’ por su explosividad, pero el Comisionado-Presidente de la FMF no lleva prisa por detonar. “No quiere equivocarse. No quiere recomendaciones sesgadas”, explicaba un informante cercano a los vaivenes en busca de elegir al técnico del Tri.
Ciertamente no quiere experimentos, ni laboratorios, ni precipitaciones. Y ciertamente está convencido que quien llegue, debe ser mexicano o que al menos conozca bien al futbolista mexicano.
No tiene un consejo de asesores designado, pero tiene asesores que lo aconsejan. Por eso, el técnico de la Selección Mexicana para el Mundial 2026 no será una calentura o una decisión tomada a la ligera.
Las experiencias anteriores han sido pasadas por Rodríguez a través de su propio filtro. A Juan Carlos Osorio se lo ofrecieron a un Decio de María, incapacitado para medir las condiciones reales del colombiano para tener éxito.
“Decio nunca habló con él seriamente de futbol. Fingió que sabía y Osorio se dio cuenta. Eso sí, lo apoyaron a muerte, porque después de los ridículos en Copa Confederaciones y en la Copa Oro, los dueños de clubes querían echarlo”, explica uno de las fuentes conectadas con el Tri.
