El uso del teléfono móvil o celular se convierte en un riesgo para la salud cuando se pondera su uso sobre la realización de otras actividades cotidianas y es ahí cuando se califica como un uso adictivo de este aparato tecnológico.
Esta adicción puede derivar incluso en problemas físicos y mentales. De acuerdo con Claudia Arufe, quienes dejan de hacer tareas, en caso de los jóvenes y hasta de convivir con amigos, están frente a una adicción.
En entrevista para Reforma, la especialista dijo que la pauta para reconocer si una persona tiene un uso problemático de los dispositivos no está necesariamente en medir cuántas horas pasa detrás de la pantalla, sino en identificar "para qué", explicó Arufe.
Dijo que alguien puede usar el celular 8 horas diarias sin caer en una adicción cuando este aparato es su herramienta de trabajo, pero alguien que le dedica menos tiempo, pero desatiende otras tareas importantes como la interacción y la actividad física, sí puede ser adicto.
La adicción al celular no es exclusiva de un grupo de edad y que cualquiera puede presentar cabios de conducta relacionados con su uso.
Estas alteraciones pueden incluir las del ciclo de sueño y hasta dificultades para crear horarios de desconexión.
De acuerdo con la Universidad de Chile, en términos médicos la adicción al celular no es una categoría diagnosticada, pero los expertos advierten que la dependencia y falta de control que afectan a algunos usuarios de teléfonos móviles es similar a la que sufren los adictos a sustancias o al juego.
"Hay personas que pueden tener mayor susceptibilidad a desarrollar adicciones con estas tecnologías, entre ellos las personas que sufren adicciones a sustancias o de otro tipo y también quienes tienen otros trastornos mentales, ya sean del ánimo, de ansiedad, problemas de control de impulso, o trastornos de personalidad", dijo Nicolás Libuy, psiquiatra, académico de la Facultad de Medicina e investigador del Núcleo Milenio Imhay, de la Universidad de Chile.
