El año pasado Kim Kardashian causó un escándalo al asistir a la gala del Met enfundada en el mítico vestido que Marilyn Monroe se puso para cantarle el cumpleaños feliz al entonces presidente John F. Kennedy. En la última edición que se ha celebrado este 1ro de mayo, la empresaria optó por un atuendo menos polémico, aunque siempre dentro de lo que se espera de alguien como ella.
Kim apareció en la alfombra roja con una extravagante creación de alta costura de Daniel Roseberry para Schiaparelli que, básicamente, consistía en dos collares de perlas que le caían del cuello y la cintura para enmarcar su figura. También añadió un choker a juego, un ajustado corsé en color champán y una especie de capa que llevaba caída hasta los codos.
"Pensé: '¿Qué es lo más Karl posible?'. Ya sabes, las icónicas perlas de Chanel es lo primero que se me viene siempre a la cabeza. Así que queríamos ir empapados de perlas", ha explicado.
Kim no es de las que deja pasar una oportunidad de promocionarse, así que eligió una faja de su colección Skims que quedaba claramente a la vista para completar su look. Una vez más, su elección demostró no resultar demasiado cómoda para una noche de fiesta.
Si bien es cierto que ella sentía muy glamurosa, también estuvo todo el tiempo pendiente de no perder las perlas. "Algunas se cayeron por el camino y le dije a mi hija que las cogiera todas. Son perlas de verdad y las ha ido metiendo todas en el bolso".
