Don José diariamente sale a vender su repostería para solventar la carrera universitaria de uno de sus hijos
Bajo el sol, la lluvia o sin importar si está cansado o no, don José sale de su hogar desde hace 7 años para vender repostería canela por las calles de Monclova, oficio que le permite mantener a su familia y costear los estudios de su hijo, quien cursa el primer semestre de odontología.
“Mi motivación es mi hijo, por él andamos echándole ganas yo le digo estudia mijo para que seas alguien en la vida” expreso con una sonrisa de oreja a oreja el amoroso padre de familia quien compartió para periódico El Tiempo la manera en la que diariamente se gana la vida.
Se trata de un negocio familiar en el cual don José, al lado de su esposa e hijo, cocinan repostería canela, incluyendo la preparación de las mermeladas que utilizan, la cajeta o cualquier complemento. Tienen una amplia variedad de pays, por ejemplo, de queso, limón, nuez, manzana, piña; empanadas; galletas de avena; obispos; y otros pastelitos. Este legado familiar lo construyeron debido a la falta de oportunidades laborales, pero con las amplias ganas de salir adelante. Es por ello que José le echa muchas ganas a la vida todos los días para vender lo que con esmero, paciencia y cariño preparó al lado de su familia.
Desde las 9 de la mañana, el vendedor estrella comienza su ruta principalmente en las colonias Guadalupe y Zona Centro, recorriendo lugares como la presidencia municipal, bancos, iglesias, la Cruz Roja, Las Visas, entre otros. Todo esto es hasta que su producto se termina.
Su esfuerzo principal se debe a mantener financieramente los estudios de sus hijos, pues uno de sus mayores deseos y sueños es poder verlos realizados y exitosos. Su hijo es un muy buen joven, inteligente y con un corazón incomparable, que ayuda a sus padres en todo momento.
