La lucha contra el Alzheimer es larga y pesada. Son especialmente crueles las fases de pérdida de memoria y de capacidades para llevar a cabo las tareas cotidianas que componen el día a día, tanto para la persona que tiene la enfermedad como para aquellos que le acompañan, cuidan y quieren. Por ello, cuando se produce algún descubrimiento que pueda luchar contra, quizá, la enfermedad menos empática de todas se celebra por todo lo alto. Y ahora hay uno nuevo.
Donanemab. Así se llama el anticuerpo monoclonal que frena en más de un tercio la progresión del deterioro cognitivo y funcional en personas que padecen Alzheimer. Ha sido anunciado por la farmacéutica Eli Lilly y responde a los resultados positivos obtenidos del estudio de fase 3 ‘TRAILBLAER-ALZ 2′ dirigido contra la placa amiloide. Desde la empresa de medicamentos ya han anunciado que buscarán trabajar con “países a nivel global”. El objetivo: “obtener la aprobación del fármaco en el menor tiempo posible”.
¿En qué ha consistido la experimentación?
Para llevar a cabo el ensayo se reclutó a personas con síntomas tempranos de Alzheimer: deterioro cognitivo leve y estadio de demencia leve de la enfermedad. En total, 1.736 participantes de entre 60 y 85 años se sometieron al tratamiento con donanemab. Y los resultados han sido asombroso: una ralentización del deterioro clínico en un 35% y la reducción de hasta un 40% del empeoramiento de capacidades para completar las actividades diarias.
No todos estuvieron sometidos al anticuerpo monoclonal el mismo tiempo. El 52% de los pacientes completó un año entero de régimen terapéutico, mientras que el 72% lo alargó hasta los 18 meses. Este segundo grupo obró el milagro: se había conseguido el nivel previsto de eliminación de placa amiloide, germen de las perturbaciones que manifiestan las sinapsis neuronales.
Un futuro lleno de esperanza
Aunque los resultados hayan sido positivos, desde Lilly se muestran cautos y precavidos. “Al igual que muchos tratamientos eficaces para enfermedades debilitantes y mortales, existen riesgos asociados que pueden ser graves y poner en peligro la vida”, ha precisado la farmacéutica. La cura, sí, pero no a cualquier precio.
Con todo, esto no evita que la dosis de optimismo se inyecte en la plantilla de la empresa. La vicepresidenta ejecutiva de Lilly, Anne White, ha confesado que la aprobación de este fármaco “puede representar un importante paso hacia adelante para las personas con enfermedad de Alzheimer sintomática temprana y permitirles seguir participando en actividades significativas para ellos”.
Todavía no se han compartido los datos al completo del estudio con el resto de la comunidad científica, de manera que no es posible valorar con certeza la efectividad de donanemab, pero existe un consenso general que juzga el hallazgo, como mínimo, de prometedor. No es un paso cualquiera en la larga y pesada lucha contra el Alzheimer, sino un golpe encima de la mesa que abre la puerta a un futuro de esperanza.
