“Hoy quiero menos circo visual y más narrativa”, Eugenio Caballero
Redacción / El Tiempo de MonclovaEl ganador del Oscar se dice abierto a la IA y las nuevas tecnologías, pero ante todo, a crear un vínculo con la gente
Un premio Oscar no define una carrera y tampoco da la confianza de saberlo todo. Al director de arte mexicano, Eugenio Caballero lo define la pasión por el arte y el trabajo.
Con una trayectoria cinematográfica que abarca 27 años, considera que está a la mitad del camino, que ha experimentado una evolución en sus prioridades y en la forma en que ha contribuido a la narrativa visual, y con las tecnologías, que le son bienvenidas, todavía hay mucho que aprender.
Sus inicios, marcados por la decoración y el arte en cintas como Romeo y Julieta y Katuwira, en 1996, fueron el preludio de una carrera que alcanzó su punto culminante con la estatuilla dorada por su trabajo hecho en "El laberinto del fauno" (2006).
Continuó con el premio Ariel, galardón nacional que obtuvo no sólo por su labor en ese filme, sino también por su contribución en otras películas como "BARDO: Falsa crónica de unas cuantas verdades" y "ROMA".
Estos logros, junto con su estrecha colaboración con los cineastas Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, consolidan a Caballero como una figura insigne en la cinematografía contemporánea.
Hoy, con cuatro filmes en proceso, entre ellos Pedro Páramo, Eugenio ofrece en entrevista una reflexión sobre su adaptabilidad frente a las nuevas tecnologías en el proceso creativo.
¿Cómo definirías este momento de tu vida?
Siento que estoy a mitad de camino, es verdad que hay un recorrido atrás pero también vienen muchas cosas por delante. Creo que lo mejor está por venir en un momento en el que tengo un interés particular en poder no solamente enfrentarme a nuevos proyectos o aprender de las nuevas tecnologías, sino también a heredar lo que uno ha aprendido a los equipos que vienen detrás, que puedan aprender de lo que uno ha andado.
¿Hoy los proyectos los busca Eugenio o ya llegan a él?
Un poco de todo, es decir, no hay un solo método; la mayoría de las veces llegan de la manera menos esperada. Claro que sí leo muchos proyectos y aunque no todos los puedo hacer, los que me interesan a mí me gusta por lo menos intentar que se acomoden y hacerlos. Los proyectos en cine se mueven mucho, es vertiginoso, especialmente en los últimos años con la pandemia., que de pronto se pararon, se movieron o se pausaron; ahora con la huelga también sucedió, entonces uno debe tener varios frentes abiertos.
¿Cómo ha cambiado tu forma de elegir próximos trabajos?
Ahora lo que más me interesa es que las historias conecten profundamente con la gente. Me interesa menos el circo visual y me interesa mucho más la parte narrativa de las historias, pero sobre todo, me interesa la visión de las y los directores. Antes me llamaba más la historia como tal y ahora me gusta la idea de poder generar un vínculo o un juego, una cuestión incluso lúdica con las visiones de la gente con la que trabajo.
¿Cómo se lleva tu quehacer con las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial?
Son benéficas siempre y cuando se siga manteniendo la autoría. Uno de los temas principales con la Inteligencia Artificial (IA) es si se utiliza para sustituir a través de parámetros que tú pones y que de alguna manera un algoritmo te genera; digamos una imagen en donde realmente no hay un sustento filosófico detrás de ella, sino que es básicamente el resultado de cortos parámetros que uno pone.
Existe esa manera, pero no es la que me interesa, a mí me interesa la cuestión humanista dentro de todo esto y para eso también hay que utilizar las herramientas y la tecnología; además, lo hemos hecho desde siempre con la tecnología, desde el cambio de cine análogo a digital, hasta la creación de fondos generados por computadora; en mis películas siempre busco que tengan una combinación de fiscalización y de virtualidad.
¿Y qué opinas de herramientas como la Virtual Production, que permite recrear en digital un set de grabación?
Ya lo usamos, el The volium, este set hecho con muchas pantallas de una extensión grande; lo usamos para BARDO y hacer fotos en la secuencia del tren, así que ha habido mucho de prueba y error; lo importante ahora es aprender que todas estas tecnologías tienen una curva de aprendizaje, y eso es muy importante y se lo he aprendido a Alfonso, Alejandro y Guillermo. Justamente lo que a mí me interesa son directores que empujan a la tecnología a otros lados, que no se quedan con lo que les piden que hagan, sino que al final reinventan y verdaderamente hacen que toda esta tecnología los lleve a otro nivel y tiene que ver con no quedarse nada más con lo que uno sabe.
Has trabajado en 26 largometrajes pero ninguna serie, ¿por qué no se ha dado?
No estoy negado, digamos lo más cercano que he hecho a una serie fue Mexica, que paramos por la pandemia, pero era una serie muy ambiciosa, limitada a cuatro capítulos. La verdad es que hay historias que se acomodan más al formato de las series y a mí me parece interesante esta característica de cómo se pueden desarrollar los personajes y los mundos.
Para mí todavía no ha habido un momento para hacer series porque he estado haciendo cine sin parar, pero de ninguna manera estoy cerrado a eso.
¿El presupuesto es determinante?
No creo, creo que al final tiene que ver con las historias.
¿Se nace con talento?
Más que una persona con talento me considero un trabajador constante, conozco mucha gente con mucho más talento que yo pero creo que justamente lo que más ha definido mi carrera tiene que ver con la pasión, el compromiso y el trabajo.
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