La paciente no imaginó que necesitara atención médica debido a su peso.
La revista especializada American Journal of Case Reports ha informado sobre el caso médico de una mujer italiana de 52 años a la que se le removió un quiste ovárico que pesaba más de cinco kilogramos y medía 40 centímetros de largo. La paciente no le había dado importancia debido a su obesidad.
La mujer presentaba un abdomen notablemente distendido y sufría de reflujo gastroesofágico, que es cuando el ácido estomacal o la bilis ascienden por el esófago. Además, se quejaba de sentirse saciada rápidamente, estreñimiento, dificultad para caminar y problemas respiratorios. Un estudio ecográfico reveló que su cavidad abdominal estaba completamente ocupada por lesiones. A pesar del quiste de gran tamaño, la paciente mantenía ciclos menstruales normales sin alteraciones hormonales.
Los médicos drenaron 37 litros del quiste antes de realizar una histerectomía y una cirugía para reconstruir el abdomen de la paciente. La intervención quirúrgica tuvo una duración aproximada de seis horas y media, durante las cuales la paciente experimentó una pérdida de seis litros de sangre. Antes de la cirugía, su peso era de 123 kilogramos y su índice de masa corporal (IMC) era de 50,5, lo cual la clasificaba como obesa mórbida. Al finalizar el procedimiento, su IMC se redujo a 28,3.
La paciente fue ingresada en la unidad de cuidados intensivos durante aproximadamente 30 días, periodo en el cual sufrió un paro cardíaco y desarrolló insuficiencia renal aguda. Permaneció hospitalizada durante dos meses. Después de dos años, los investigadores informaron que "se ha recuperado por completo y está libre de enfermedades" en su artículo.
