Estudiar también es bueno para el corazón
En hombres y mujeres de mediana edad o mayores un mayor nivel educativo se asocia a un menor riesgo e incidencia de enfermedad cardiovascular. Además, un mayor nivel educativo conlleva más años de vida sin sufrir un episodio cardiovascular.
Estas son las conclusiones de un equipo de investigación estadounidense. "Nuestro análisis confirma que la educación adquirida en los primeros años de vida puede tener implicaciones longitudinales a lo largo de la vida", comentan los autores en JAMA Cardiology.
La importancia de la educación
La nueva investigación complementa así estudios anteriores que han demostrado cómo el nivel educativo se asocia a los resultados de salud. Los investigadores examinaron datos de seis estudios de cohortes realizados en Estados Unidos, en los que aproximadamente 41.000 participantes, incluidos a partir de 1985 y sin enfermedad cardiovascular al inicio, se dividieron por edad al inicio del estudio: los de mediana edad (entre 40 y 59 años) y los ancianos (entre 60 y 79 años).
Entre la información comunicada estaba el nivel educativo, que identificaba a los que no habían cursado estudios secundarios, los que tenían estudios secundarios y los que habían asistido a la universidad. La tasa de episodios cardiovasculares, como cardiopatía coronaria, insuficiencia cardiaca e ictus, muertes relacionadas con enfermedad cardiovascular y enfermedad cardiovascular en general, cambiaba según el nivel de estudios. Los participantes con el nivel más bajo presentaron el mayor número de eventos cardiovasculares.
En comparación con los participantes que habían cursado estudios universitarios, los hombres y mujeres de mediana edad y mayores con un nivel educativo inferior o con estudios de secundaria presentaban un mayor riesgo a lo largo de la vida de sufrir cualquiera de los resultados considerados. Los hombres y mujeres con el nivel educativo más bajo tenían entre 1,4 y 1,7 veces más probabilidades de sufrir cualquier evento cardiovascular que los titulados universitarios. Además, los eventos cardiovasculares se producían más tarde en la vida de las personas con mayor nivel educativo.
El valor del conocimiento
El nivel educativo está relacionado con los conocimientos sanitarios y los comportamientos relacionados con la salud que pueden contribuir al riesgo de enfermedad cardiovascular. "Los estudios han identificado sistemáticamente relaciones significativas entre el nivel educativo y una serie de factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, los niveles de colesterol, la actividad física y la consecución de una salud cardiovascular ideal", afirma el estudio. La educación puede producir beneficios psicológicos adicionales que contribuyan a la reducción del riesgo cardiovascular y que no se tuvieron en cuenta en nuestro análisis".
Para los autores. el análisis podría tener implicaciones directas para la política social, la salud pública y la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
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