Es un poco como jugar a uno de esos juegos de sacar peluches con una grúa, solo que más grande y en el espacio. El ClearSpace-1, desde luego, no es un satélite de apariencia corriente. De uno de sus lados sobresale una garra robótica gigante de cuatro dedos. ¿Su cometido? Limpiar el espacio de basura.
El proyecto corre a cargo de una compañía suiza llamada ClearSpace. La firma acaba de anunciar que ha recibido el visto bueno de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) para operar. La aprobación se ha producido tras el éxito de un prototipo a escala que se probó en octubre del pasado año. El proyecto original de ClearSpace era una especie de red desplegable, pero parece que lo han cambiado por una garra a medida que han ido desarrollando la idea. A finales de 2020, la ESA firmó un contrato de 85 millones de euros con la compañía, derivada de la Ecole Polytechnique Federale de Lausanne (EPFL).
El primer objetivo de la ClearSpace-1 será el Adaptador de carga útil secundaria Vega (o Vespa), que ha estado dando vueltas en la órbita terrestre baja desde 2013. Este adaptador de carga útil de 112 kilogramos envió con éxito un satélite Proba-V al espacio, pero, como tantos otros elementos en la misma órbita, actualmente no tiene ningún propósito, y presenta un peligro potencial para otros satélites en funcionamiento, o incluso para la Estación Espacial Internacional.
Como se aprecia en este vídeo de ClearSpace, la nave está diseñada para encontrarse con objetos considerados basura espacial, atraparlos con su garra, y después enviarlos de vuelta a la superficie para que se consumen durante la reentrada en la atmósfera en lugar de permanecer ahí flotando hasta que la gravedad haga lo propio. Ahora mismo, ClearSpace está trabajando en la nave con miras a su lanzamiento en 2026.