Si bien el metabolismo es el conjunto de procesos químicos que tienen lugar en nuestras células para transformar la energía de los alimentos en el combustible que necesitamos para todo lo que hace nuestro cuerpo, desde pensar y respira hasta crecer y movernos, tal como lo explica la doctora Samar Yorde en su libro Rejuvenece en la Cocina.
No está relacionado exclusivamente con engordar o no, ni puede resetearse como si de un botón se tratara con el fin de adelgazar.
El metabolismo regula la obtención y el uso de energía a través de la transformación de los nutrientes de los alimentos en compuestos útiles, como glucosa y aminoácidos. Y la forma en que esto ocurre está determinado por distintos factores individuales como la genética, la actividad física que realizamos o no, la alimentación y las condiciones de salud. De manera que su equilibrio es esencial para una óptima función fisiológica en el organismo.
Es así que no resulta extraño que, si no está funcionando como debería, el metabolismo conduzca a que nuestro cuerpo nos llame la atención a través de algunas señales, y no, no tienen nada que ver con engordar.
El proceso consiste en dos fases: el catabolismo, que implica la descomposición de sustancias para liberar energía, y el anabolismo, que trata la síntesis de moléculas necesarias para el crecimiento y reparación celular. Es decir, ocurre en cada célula con lo cual su desequilibrio puede manifestarse de distintas maneras, además de desórdenes en el peso.
El doctor William W. Li, autor de Eat to beat you Diet, consultado por Real Simple, indica que una de las señales más notorias de que el metabolismo puede no estar funcionando adecuadamente es la piel reseca. Lo que ocurre es que su desequilibrio puede alterar la capacidad de la piel para producir los lípidos que componen su capa más externa, su capa protectora, con lo cual pierde agua, se seca y en consecuencia puede agrietarse e inflamarse.
Esto también puede influir en el cabello, que puede tornarse quebradizo, reseco e incluso puede caerse, puesto que un desorden metabólico implica una deficiencia de nutrientes que intervienen en su salud.
Otra señal de que el metabolismo está en desequilibrio, es que tengamos desórdenes en los valores de azúcar en la sangre. Un control anormal de la insulina y la glucosa, además, puede ocasionar dolores de cabeza, que se convierten así en otra señal. De hecho, recordemos que existe un desorden de todos sus procesos llamado síndrome metabólico, que implica altos valores de azúcar en la sangre, presión arterial y colesterol altos, entre otros síntomas.
Asimismo, la sensación de tener demasiado frío o demasiado calor, sin que en realidad hayan razones para ello, es otra señal de alerta para considerar que tenemos algún desorden en el metabolismo. El doctor Li señala que, justamente, regular nuestra temperatura corporal es una función que también está estrechamente relacionada con el metabolismo.
Adicionalmente, es necesario destacar que un desorden metabólico que se mantenga en el tiempo puede ocasionar inflamación en todo el organismo, y esto incluye el cerebro, con lo cual funciones como la memoria pueden verse afectadas.
Ahora bien, las causas un desequilibrio en el metabolismo pueden estar asentadas en varios factores, por ejemplo algunas enfermedades, como el hipotiroidismo entre cuyos síntomas se encuentran molestias en el cuello o el famoso nudo en la garganta; y la diabetes.
Algunos medicamentos también pueden influir en el proceso metabólico alterándolo y, por supuesto, los malos hábitos como el sedentarismo, una alimentación desequilibrada, desórdenes del sueño.
Sin embargo, estos síntomas también pueden relacionarse con otras afecciones , enfermedades e incluso con procesos naturales del cuerpo, como la menopausia que desequilibra muchas funciones normales del cuerpo, con lo cual es muy importante que, ante señales que son persistentes o nos son extrañas, acudamos al médico para que puede arrojar un diagnóstico acertado sobre lo que nos ocurre.
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