Esta nueva técnica para conservar vacunas se basa en la habilidad del tardígrado para sobrevivir sin agua
En realidad, es el paso lógico para la única criatura de la faz de la Tierra capaz de, entre otras cosas, vivir sin agua, soportar radiación o incluso sobrevivir a la congelación. Ahora una de sus habilidades puede ser la fuente de inspirac que le permitiría salvar vidas humanas.
Según explican en un estudio recientemente publicado en Science Reports, un equipo de investigadores de la Universidad de Wyoming, centró su trabajo en la investigación de una de las habilidades clave de la criatura microscópica más “marveliana” del planeta: la anhidrobiosis.
Hablamos de esa capacidad digna de un superhéroe del tardígrado por la que puede entrar en una especie de animación suspendida reversible cuando se enfrenta a una pérdida extrema de agua de las células. Bajo esa premisa, se preguntaron, ¿y si la anhidrobiosis puede proporcionar el mismo almacenamiento estable en seco para medicamentos biológicos que, de lo contrario, requerirían un ambiente frío?
Cuentan en su trabajo los investigadores que los productos biológicos como vacunas, células madres o anticuerpos que proceden de organismos vivo snecesitan de unas condiciones de frío muy específicas para evitar que el calor acabe con las proteínas. Un ejemplo típico de este tipo de fármacos que requieren infraestructura de cadena de frío estricta es el factor VIII (FVIII) de coagulación de la sangre humana, que entre sus aplicaciones terapéuticas se encuentran el tratamiento de enfermedades genéticas como la hemofilia A y accidentes que implican un trauma físico extremo o sangrado.
Lo que los investigadores han descubierto es que, al aprovechar una proteína y un azúcar específicos que el tardígrado produce en la anhidrobiosis, se podrían crear escudos de desecación similares en el FVIII, lo que significa que el componente biológico podría deshidratarse y luego rehidratarse para su uso sin perder sus cualidades naturales. No solo eso. El estudio muestra que el FVIII se mantuvo estable durante 10 semanas en su forma tratada. Según ha contado Thomas Boothby, profesor asistente de biología molecular en la UW:
En regiones subdesarrolladas, durante desastres naturales, durante vuelos espaciales, o en el campo de batalla, el acceso a refrigeradores y congeladores, así como la gran cantidad de electricidad necesaria para hacer funcionar esta infraestructura, puede ser escaso. Nuestro trabajo proporciona una prueba de principio de que podemos estabilizar el factor VIII, y probablemente muchos otros productos farmacéuticos, en un estado estable y seco a temperatura ambiente o incluso a temperaturas elevadas utilizando proteínas de tardígrados y, por lo tanto, proporcionar medicamentos críticos para salvar vidas a todos en todos lados.
Para ser más específicos, el equipo trabajó con la especie Hypsibius dujardini para perfeccionar un tratamiento basado en las proteínas (CAHS) y la trehalosa de azúcar. Al parecer, la proteína CAHS D protege las enzimas en su estado deshidratado, formando filamentos similares a gel para mantener intacta la estructura celular del animal. Cuando vuelve la hidratación, los filamentos se retiran sin causar estrés celular.
De esta forma, y tomando las propiedades biofísicas de CAHS D y trehalosa, el equipo pudo estabilizar el FVIII, abriendo la puerta para desarrollar esta tecnología de transporte y almacenamiento en todo el espectro de productos biológicos. Alucinante. Una química inteligente exclusiva del tardígrado que puede estabilizar medicamentos sin refrigeración y que tiene un enorme potencial para brindar un tratamiento que salve la vida de quienes lo necesitan.
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