Esta actriz eligió un camino que la llevó al éxito, pero también a la controversia.
En 1998, en las oficinas de Touchstone, un guion extraordinario sobre dos hermanas adolescentes captó la atención. Este guion fue escrito por un nuevo prodigio de Hollywood, Riley Weston, una guionista de 18 años cuyo ascenso la colocaría rápidamente entre las personas más creativas en el ámbito audiovisual. Su talento fue destacado por Entertainment Weekly en octubre de ese mismo año. Inmediatamente, fue contratada como guionista en Felicity e incluso recibió la oferta de un pequeño papel en un episodio por parte del co-creador de la serie, Matt Reeves. Su descubrimiento entusiasmó a todos, y Disney le ofreció un contrato de exclusividad por medio millón de dólares. Sin embargo, esta historia tenía otra cara.
Retrocediendo al año 1987, una joven de 21 años, Kimberlee Kramer, debutó en la pantalla en Delta Fever. A lo largo de su carrera, apareció en películas como Sister Act 2 y en series como Cosas de marcianos o Los Monster de hoy. Sin embargo, al alcanzar los 30 años, los roles empezaron a escasear. Decidió tomar una ruta diferente: convertirse en guionista y dejar una huella en la industria del entretenimiento, incluso si eso significaba tejer una red de mentiras. Fue entonces cuando adoptó el nombre de Riley Weston y modificó su fecha de nacimiento, haciéndose pasar por una persona nacida en 1979 en lugar de 1966. Su apariencia juvenil contribuyó a esta estratagema, lo que le permitió ingresar a Felicity mediante esta falsedad. Sin embargo, cuando su contrato finalizó, Entertainment Tonight expuso su engaño. A pesar de sus disculpas, y a pesar de la indiferencia de los creadores de la serie, Weston no recuperó su posición en la élite de Hollywood.
A día de hoy, a sus 57 años, Weston se desempeña como músico country, es una escritora exitosa y ha escrito guiones, principalmente para películas navideñas, en el canal estadounidense Great American Family. Con el paso del tiempo, ha reflexionado sobre su experiencia: "Si mi contrato dependía de mi edad, hay un problema serio con la percepción de la edad en Hollywood. Observa lo que tuve que hacer. Alguien debe detener esto. Si buscara empleo en cualquier otra industria, ¿realmente importaría cuántos años tengo o cómo luzco?". Sus palabras resuenan con verdad y relevancia, especialmente en un entorno como el de la industria del entretenimiento.
