La Entrevista con Julia Jazmín Cuevas Benavente

“Papás, sigan luchando por sus hijos toda la vida”. 

Julia Jazmín Cuevas Benavente, tiene aproximadamente dos años que llegó a laboral al CAM 23, donde ha podido vivir una gran cantidad de experiencias gracias a los pequeños a su cargo, los cuales diariamente le dejan un sinfín de bellas experiencias y enseñanzas, buscando dejar una huella en su corazón.

Julia, ¿qué te motivo a estudiar para maestra y elegir esta especialidad?

"Bueno, yo tengo dos familiares que tienen discapacidad y trastorno, entonces el convivir desde muy pequeña con personas que presentan este tipo de condiciones me hizo aspirar a ello, pues además yo ya tenía el tacto para poder hacerlo, después durante mi servicio social de la preparatoria pude hacerlo en un CAM Laboral, por lo que pude tratar con personas y ayudarles".

¿Qué es lo complicado de tener una especialidad en esta área?

"Es complicado porque a veces no sabes qué herramientas o metodología debes utilizar para atender a personas con discapacidad o con alguna condición, pero en cuanto al trato no es difícil, pues ellos son personas muy dispuestas y que tienen la capacidad suficiente para hacer las actividades, claro siempre que se le otorguen las herramientas necesarias". 

¿Qué te ha ayudado a mejorar desde que empezaste esta profesión?

"En realidad todo, desde mi introducción, por así decirlo, en el servicio social, todo mi trayecto en la Escuela Normal, todo ha sido muy significativo y esas experiencias me han ayudado a mejorar y a prepararme para otras situaciones". 

¿Es difícil adaptarse a niños con discapacidad, esto a nivel educativo?

"Con los niños no hay dificultades, siempre y cuando se les sepa tratar, sepas como acercarte a ellos, que tengas la preparación y la disposición, pero aquí lo difícil es la sociedad, que suele ser muy sobre protectora y limitante, pues no están todavía con el conocimiento suficiente para abrirse a ellos, pues se les excluye y es ahí cuando nos enfrentamos a las barreras".

¿Todavía falta mucha empatía?

"Si, mucha, incluso en el tema de la comunicación, en lo laboral, en su independencia, de que puedan hacer algo por si solos sin que la gente abuse de su inocencia y confianza, y es ahí donde falta un buen tramo para trabajar".

¿Cómo es un día de Julia en la escuela?

"Pues es muy divertido, son muy ocurrentes, muy sociables, demasiado cariñosos, siempre tienes cosas nuevas con ellos, cosas que no te esperas, son muy espontáneos, no es como que puedas llevar ya algo preparado porque siempre van a hacer algo distinto".

Alguna anécdota en especial que quieras compartir.

"Es que son tantas, es el día a día, pero la más reciente sucedió cuando nos tocó el acto cívico, y mi niño Carlitos casi no habla en público, es muy tímido, entonces estábamos en honores y agarra el micrófono y empieza a hablar "Bueno, Bueno" y me dio mucha risa porque él no se anima a hablar, pero le encanta esto del karaoke y eso no me lo esperaba".

¿Qué huella deseas dejar en tus alumnos?

"Quiero que sepan que la gente está dispuesta a ofrecerles las herramientas que necesitan, a escucharlos, atenderlos y amarlos, quiero que lleguen a ser un adulto que se pueda valer por si solo, que puedan ir a la tienda, que se puedan vestir, que puedan prepararse una comida, lo esencial, quiero que no dependan tanto de otros para satisfacer sus necesidades".

¿Qué mensaje le quieres dar a las personas?

"A los papás de ellos, que sigan luchando! Porque es una lucha de toda la vida y muchas veces no cuentan con el apoyo emocional, aunque la gente te compadece cuando saben que eres maestra o tienes un hijo con educación especial, pero ellos no necesitan lástima, sino oportunidades, que se abran, que investiguen más que procuren apoyarlos en todo y crean en sus sueños, ya que ellos también los tienen".

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