"Inicié como voluntario por cuatro años".
La profesión de bombero implica un gran riesgo, ya que se está constantemente en la línea del peligro, pero deja muchas satisfacciones, como el poder ayudar a la comunidad. Es parte de lo que narra Faustino Rivera, el "Inge Tino", como le llaman sus compañeros, elemento del heroico cuerpo de bomberos, quien dejó su carrera de ingeniero industrial y su don de servir.
¿Cómo te iniciaste en el cuerpo de bomberos?
"Fue por medio de la escuela, cuando estudiaba la carrera en el Tecnológico. Te mandan a una dependencia para realizar el servicio social. Ingresé primeramente como voluntario por espacio de cuatro años. Posteriormente, hubo una oportunidad de ingresar, y decidí tomar la decisión de unirme. El servicio social es algo que toda institución educativa te solicita, y al estar realizando la actividad de servir a la gente, me gustó. Por eso me uní como voluntario. En esa ocasión me dijeron de la escuela que podría ser en cualquier oficina pública, y pasé en una ocasión por la central de bomberos. Me acerqué, y me dieron la oportunidad sin pensar que años posteriores me convertiría en uno de sus elementos".
¿Te ha gustado más la profesión de bombero que tu carrera profesional?
"Sí, me ha gustado mucho. Es una de las profesiones en las que puedes ayudar a la comunidad. La carrera que estudié, desde luego que también me gusta.
Estuve ejerciendo un tiempo en una empresa, pero al estar de voluntario, me atrajo más estar dentro de la corporación. La adrenalina de acudir a las emergencias, de apoyar a la comunidad que lo requiera, el estar siempre dispuesto para que la gente pueda salir adelante de la problemática que está atravesando es algo que me ha gustado mucho. Tengo alrededor de 10 años en la corporación y ya guardo experiencias muy importantes.
Algunas me han marcado por lo fuerte que han sido y otras han sido para ayudar a personas en situaciones de menor relevancia, pero que se requirió en ese momento la intervención de nosotros.
Aquí nos preparamos constantemente para estar actualizados en todos los distintos temas que van surgiendo y estamos apoyando a las academias de bomberos que se acaban de abrir y brindamos cursos de primeros auxilios a la comunidad, que han sido de mucho impacto ya que ha acudido un importante número de personas, y eso es bueno para que conozcan cómo actuar en caso de que se presente una situación de gravedad en la casa, para que brinden los primeros auxilios mientras llegan los cuerpos especializados para atender la emergencia. Es algo de lo cual todos deberían conocer".
¿Qué satisfacciones te ha dejado ser bombero?
"Son muchas, desde el agradecimiento de la gente. Todos los casos que hemos visto, hemos entrado en todo tipo de emergencias. Algunas son difíciles y otras te dejan enseñanzas. En este trabajo se tiene que estar consciente de que llegas al trabajo, pero no sabes si sales. Hay riesgos, es un hecho, pero al entrar a una zona de riesgo, tienes que identificar el riesgo existente.
Siempre tienes que cuidarte, eliminar el riesgo, no hacerle al héroe, es ir quitar los riesgos y trabajar hasta donde se pueda, siempre con el equipo de protección necesario y siempre en compañía de un compañero porque no sabes lo que se pueda presentar. Yo me dedico a todas las ramas dentro del departamento, lo que se ocupe, ya sea paramédico, maquinista, bombero; nunca me incliné hacia una en particular, me gusta todo.
¿Cuál es lo más fuerte que te ha impactado en estos años?
"Me tocó acudir al accidente del niño Pablito registrado en el bulevar República. Cuando llegamos, estaba con vida. Lo llevamos al hospital, pero ya no se pudo hacer nada. Fueron muy fuertes las lesiones y el accidente de la carretera Acuña en la que murieron 10 tripulantes, cuatro en un vehículo trabajadores del OXXO, y el de enfrente, una familia de seis integrantes".
