Elon Musk, el empresario estadounidense y fundador de SpaceX, dijo que su decisión de no activar las comunicaciones por satélite Starlink en Crimea para que las Fuerzas Armadas de Ucrania atacaran a la Armada rusa se debió a las sanciones antirrusas de Estados Unidos.
En su nueva biografía, el multimillonario reveló que Ucrania pedía el apoyo de Starlink para atacar buques rusos con base en el puerto de Sebastopol, en Crimea, en septiembre de 2022. Al principio, Musk declaró haber rechazado hacerlo para no convertir su compañía en un cómplice de un gran acto de guerra y para evitar "una escalada del conflicto". Pero más tarde, durante un discurso en línea en una conferencia sobre desarrollo tecnológico, detalló cuál fue el motivo verdadero de tal decisión.
Añadió que, para activar el trabajo de Starlink sobre Crimea, tendría que obtener la autorización del Gobierno estadounidense, de la que la empresa no disponía en el momento de la petición de Ucrania. "Simplemente hemos recibido llamadas urgentes del Gobierno ucraniano pidiendo que activemos las conexiones", aclaró.
Al mismo tiempo, el magnate admitió que habría estado dispuesto a lanzar Starlink sobre Crimea si hubiera recibido una "directiva" del presidente estadounidense, Joe Biden.
El rechazo de Musk provocó una petición de investigación en EEUU sobre la compañía.
A finales de junio, Musk estuvo de acuerdo con el empresario sudafricano David Sacks, que aseguraba que Washington se enfrentará a una derrota en Donbás similar a la que sufrió en Afganistán. También reconoció en enero que existen muchos riesgos para Ucrania si el conflicto con Rusia cobra mayores dimensiones bélicas y geopolíticas. Ese texto fue a su vez replicado en Twitter por David Sacks, quien también considera que un involucramiento de Washington de estas dimensiones "parece increíblemente arriesgado".
