El tlacuache: un 'superhéroe' que es víctima del ser humano

El tlacuache: un 'superhéroe' que es víctima del ser humano
Néstor Jiménez / El Tiempo de Monclova

También llamado zarigüeya, es nuestro aliado contra especies que nos amenazan, pero ingratamente nos hemos convertido en su depredador principal.

En una época donde la chinche y la garrapata amenazan con apoderarse del mundo, surge un nuevo héroe: ¡El Tlacuache! Aunque parezca la introducción de un cómic "marveliano" lo cierto es que este animalito es el mejor aliado del ser humano, aunque este, malagradecidamente, se haya convertido en su principal depredador. 

También conocido como zarigüeya, el tlacuache es de esos “vecinos peludos” que merodean los patios de los domicilios y sin miedo se acercan a la mancha urbana.“Tiene un cuerpo que algunos alcanzan 20 centímetros o 30 de altura como los gatos domésticos, su pelaje (que curiosamente tiene dos capas) es en algunos ejemplares blancuzco, otros pardos y el lomo oscuro”, explicó Marcos Medina Vázquez, experto en fauna regional.

Su cabeza es puntiaguda y deja ver unas orejitas redondas completamente lampiñas, al igual que su larga cola con la cual mide, desde la cabeza, cerca de 80 centímetros…¡En verdad es largo y no solamente físicamente como veremos más delante!
Nuestro amiguito tiene unos dientecillos muy filosos, su nariz rosada da un aspecto amigable al igual que sus bigotes, pero, sus tiernos ojos negros a veces contrastan con su carácter furtivo y astuto.

“Una característica de este animal es su cola pelona que además es prensil, puede sujetar cosas con ella e incluso columpiarse en ramas de árboles u otros objetos, de verdad es especial”, describió Medina Vázquez. La utiliza para que sus crías se sujeten a la vez que las protege. Y por si fuera poco sus patas…¡Cuentan con 5 dedos que tienen movimiento similar al de los seres humanos! 
 
Fósil viviente. En interesante entrevista, el biólogo, Juan Carlos Hernández Reyes, detalló que este grupo de marsupiales apareció cuando la tierra estaba dividida en dos supercontinentes Gondwana y Laurasia que incluían partes de  América a finales del Mesozoico (Secundaria) y principios de la era Cenozoica (Terciaria) hace 65 millones de años. Proliferaron en vastas colonias y lo más increíble es que su aspecto no ha cambiado en mucho desde sus ancestros.

Estos animales comenzaron a caminar en la tierra en medio de  los terribles cambios producidos por la extinción masiva de especies, entre ellas los dinosaurios entrando de lleno en la era Terciaria, que se considera como la edad de los mamíferos.

El científico egresado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León explicó que esta supervivencia se debió a la fuerte capacidad adaptativa, no solamente de las zarigüeyas, sino de otros animales pequeños (Los equidnas y el ornitorrinco son más antiguos), mucho antes que apareciera el Homo Sapiens de apenas algunos 200 mil años ¿Sorprendente verdad?

El ancestral ser, con creces coahuilense, pasó por todos estos cambios convulsos del planeta, pero ¿Dónde se ocultó? ¿Cómo le hizo para sobrevivir a la devastación que dejó  un asesino global como lo fue ese meteorito?
Hernández Reyes mencionó que ante tales condiciones adversas, los animales pequeños tuvieron mucha oportunidad de sobrevivir debido a que, por su tamaño, encontraban más escondites y hallaron más comida. La familia de los tlacuaches soportó las glaciaciones del período Cuaternario que también puso a prueba la fortaleza que tienen en ese pequeño cuerpecillo lleno de pelo digno de admirarse.
La ciencia, de acuerdo a las evidencias geológicas, detallan que han existido más de una era de hielo dentro del Cuaternario, pero de la que más se habla o la más común es el último  periodo glacial, que inició hace 21 mil años y tuvo su fin hace 11 mil 500 años. El biólogo ilustró que aunque son muy adaptables, también son animales muy frágiles, un contraste enorme en su complicada vida. ¡Todo lo que ha soportado nuestro peludo amiguito!

Por si fuera poco...¡Marsupial! Esta clasificación que se le da al tlacuache proviene del marsupio, que consiste en la bolsa de piel que tienen las hembras en el vientre y cubren las mamas. Esa característica los convierte en el único marsupial de nuestro estado, una causa más que lo hace muy especial sobre otras especies.
Al respecto, Marcos Medina, detalló que esa bolsa también sirve como una complicada incubadora “Sabemos que las crías de estos animales nacen poco desarrolladas”.
Algunos especialistas se inclinan a que los períodos de apareamiento ocurren en el mes de mayo o junio y la gestación tarda 13 días. Al igual que los demás marsupiales, una vez que llegan al mundo buscan instintivamente la bolsa de su madre hasta donde se introducen para completar su crecimiento. 
También sirve de protección para los múltiples depredadores, por lo que en muchas ocasiones transportan a sus crías ya desarrolladas. 
El tambien, director del Aviario y zoológico infantil de Monclova, mencionó que los tiernos pequeños a los tres meses salen y trepan en el lomo de la hembra que protege a sus crías (un promedio de diez por camada). 
Imagínese, en Australia es donde habitan los marsupiales, el más conocido es el canguro que en su bolsa de vientre lleva a sus hijos. Maravillosamente en nuestra tierra, a miles de kilómetros, en el otro hemisferio, tenemos este simpático ejemplar que curiosamente…¡No existe en aquellas latitudes!  

Finge su muerte y es inmune a venenos y rabia. El doctor, David Puente Medina, encargado de la atención veterinaria del zoológico Santiago de la Monclova y ex director de esta institución, explicó que el hermoso marsupial es un “estuche de monerías” pues ha sabido como despistar a sus enemigos entre ellos perros, aves de rapiña, felinos, coyotes con una habilidad muy peculiar: cuando están en peligro inminente, astutamente entran en un estado de coma, en pocas palabras simulan su muerte; completamente rígidos, sin respirar y por más que sus atacantes husmeen permanecen inmóviles provocando con ello que los depredadores los ignoren…¡Tremenda actuación!  
Dentro de sus habilidades cuentan con su inmunidad al peligroso veneno de las víboras de cascabel o coralillo; esto se debe a que en su organismo existen algunas uniones de aminoácidos que forman un compuesto que les da esa facultad. Estas dos serpientes son conocidas por su potente y asesina sustancia que inyectan en cada peligrosa mordida. 
Es por ello que estos ofidios son un manjar para los tlacuaches que solo sienten el dolor de las mordidas sin sufrir los estragos en su sistema nervioso por el veneno que reciben en cada embate, además que gracias a ellos existen los antídotos para sus mortales toxinas. Por si fuera poco impresionantemente, no puede contagiarse del virus de la rabia debido a su temperatura corporal, lo que ha contribuido en mucho al estudio de esta devastadora enfermedad.

En peligro de extinción. Sus hábitos son omnívoros, comen de todo, lo mismo devoran carne, vegetales, insectos, entre otras cosas.
Valientes y astutos buscan comida o agua en las casas cuando escasea en su hábitat que es el monte o bosque donde tienen sus madrigueras en hoyos de árboles o subterráneas. 
Se han encontrado al menos seis especies de tlacuaches en México, la que existe en Coahuila tiene el nombre científico Didelphys Marsupialis. Puente Medina lamentó que a pesar de ser de gran utilidad para el ser humano, ya que contribuye al control de las plagas en los sembradíos y es enemigo de garrapatas y chinches, de las cuales puede devorar hasta 2 mil en una noche, irónicamente nosotros somos sus principales depredadores.
Se pueden observar en las ciudades, donde desgraciadamente debido a su aspecto, suelen ser confundidos con roedores, lo que desemboca en ser atacados y en la mejor de las situaciones ahuyentados, al considerarse intrusos, son asesinados.
El médico veterinario, pidió a las personas no matarlos y en caso de observarlos en las colonias evitar acercárseles, pues son gruñones y se estresan con facilidad, lo que provoca que comiencen a babear demasiado. Lamentablemente, muchos inconscientes secan su piel para venderla, otros los matan debido a que desde épocas precolombinas su carne y grasa es considerada como curativas para diversos males, entre ellos la artritis, pero está prohibida su comercialización. Curiosamente, su nombre en náhuatl proviene de Tlacualtl que quiere decir “Animal que es comido”.
Todos estos factores aunados a los desmontes que acaban con su hábitat han contribuido a que el tlacuache se convierta en una especie amenazada y que necesita urgentemente nuestra protección. 
Actualmente, la ciudadanía ha tomado conciencia en la importancia de la vida animal y piden el apoyo de Bomberos para lograr capturar a estas criaturas que hacen visitas imprevistas, siendo llevados con sumo cuidado de regreso a su entorno.  Medina Puente recalcó que esta especie es aliada del ser humano. Así que, la próxima vez que observe un simpático tlacuache en su patio, jardín o calle, no se asuste, llame a bomberos y Protección Civil de su ciudad para una captura segura. Siempre recuerde que tenemos como vecino a un genuino superhéroe, que aunque peludo y gruñón, es muy especial, que si bien ha sobrevivido a enormes cataclismos… ahora necesita de todo nuestro apoyo para su preservación.

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